lunes, 19 de abril de 2010

MARIATEGUI “HA MUERTO, LE PEGABAN TODOS”


“Crear un Partido “Socialista” que tendría una base más amplia que el Partido Comunista, que estarla abierto no solamente a los obreros más también a ciertas capas de la pequeño burguesía”…”es en el fondo volver por un rodeo y bajo otra etiqueta al aprismo, a un Partido de varias clases,”… Carta del Secretariado Ejecutivo del Comité Ejecutivo de la I.C. a los compañeros comunistas del Perú. “ La Correspondencia Sudamericana ”, 2da Época, Nº 25, Mayo 1930, Págs.18-24.



“Mariategui dirigió la creación (en octubre de 1928) del partido “obrero y campesino” socialista y fue elegido su secretario general. En este tiempo todavía consideraba al proletariado como un simple “apéndice” de las masas campesinas indígenas”. V.M. Miroshevski “El “populismo en el Perú. Papel de Mariátegui en la historia del pensamiento social latinoamericano. Publicado en español en “Dialéctica”, La Habana , Volumen I, Número 1, mayo-junio de 1942.




MARIATEGUI “HA MUERTO, LE PEGABAN TODOS”….



Apenas fallecido J.C. Mariátegui, la Internacional Comunista dejó traslucir su dura aunque infundada crítica a sus tesis revolucionarias originales, entre ellas la composición social del Partido Socialista del Perú. Así a la crítica del Secretariado Ejecutivo del Comité Ejecutivo de la I.C ., en Mayo de 1930, siguió la del importante teórico de la I.C ., V.M. Miroshevski, en 1941. La imputación era evidente : Mariategui “intentaba refutar –sin lograrlo la tesis marxista-leninista del partido de clase” (¡Anatema!, debía responder el movimiento socialista o comunista internacional). Imputación que se esgrimiría amenazante como una “espada” durante las décadas siguientes contra todo aquel que recordase o intentase recordar siquiera, la composición social que Mariátegui diera al Partido Socialista y pretendiese analizar las posibles razones que tuvo para ello. Tal hábito aún permanece consciente o inconscientemente en el debate dentro del movimiento socialista peruano, como un fantasma de la “ortodoxia” mal entendida que debiese funcionar como un “vade retro inmundas anima” de los exorcismos medievales.



ACERCA DEL PARTIDO DE CUADROS



Así tenemos que entenderlo, cuando, “fraternalmente” se fórmula la misma antigua imputación contra un artículo mio (“Lenin, Mariátegui y el Partido de Masas”), que tiene por objetivo principal entrar al debate sobre “el Partido de masas y de ideas” planteado por Mariátegui, diferenciándolo de la tesis del Partido de Cuadros, planteado como modelo universal y eterno para todos los casos en abierta discrepancia con la tesis original de V.I. Lenin, y junto a ello la tendencia existente en el movimiento socialista peruano a “sacralizar” el “¿Qué Hacer?” de Lenin, y no ubicar ambos dialécticamente en forma histórica concreta.



Ese y no otro fue el objetivo del artículo fechado el 28/03/10, y menos aún la remota pretensión de “pulverizar con Lenin” al compañero Eduardo Ibarra, puesto que acostumbro debatir con ideas, que pudiese considerar equívocas, y no con personas, y el objetivo del debate fraterno no es de “pulverizar” a nadie sino esclarecer, comenzando conmigo mismo, sobre tesis que pudiesen parecerme erróneas, en beneficio del movimiento socialista peruano. Sólo en ese sentido, cité algunas frases alusivas al “¿Qué Hacer?” de Lenin, de algún artículo, por lo demás, importante, del compañero Ibarra, pues consideré que, entendido en forma integral, podía dar la equívoca idea de un valor eterno y atemporal de la forma organizativa del Partido de Cuadros, aplicable a cualquier diferente realidad histórico concreta (por ejemplo, a la Alemania o Italia pre-bélicos que Mariátegui conoció totalmente diferente a la autocracia zarista de 1902).



En ese sentido estoy totalmente de acuerdo, con el resumen que hace el compañero Jaime Lastra Domínguez, del “¿Qué Hacer?”, puntualizando que la forma organizativa que da Lenin en dicho folleto está históricamente referida al periodo 1902-1907, y por ello circunscribe la militancia partidaria a los “Cuadros Revolucionarios Profesionales”.



Así pareciese reconocerlo el mismo compañero Jaime, cuando cita fielmente a Lenin, en el Prólogo a la Recopilación “En doce años”, precisando



“¿Qué hacer? Es el compendio de la táctica y de la política iskrista de los años 1901 y 1902 en materia de organización”.



Nótese bien no es el compendio de dicha tàctica y polìtica EN MATERIA DE ORGANIZACIÓN para cualquier circunstancia o periodo concreto, es decir, para toda la vida del Partido sino sólo circunscrita para un periodo concreto, y por ello, el propio Jaime reitera que se trataba de :



“En este caso, la lucha por dotar al proletariado y pueblo ruso de una vanguardia, de su destacamento dirigente, de su partido de clase, requería la forja de una organización de revolucionarios profesionales, cuadros dedicados íntegramente, exclusiva y absolutamente a las tareas del partido”[1]





Analicemos lo dicho : “En este caso”.. ¿En cual?. Es obvio que se trata del de la autocracia zarista de 1902 pues sino el compañero Jaime hubiese escrito “En todo caso” o “En cualquier caso”.



Y mas adelante lo corrobora :



“organización partidaria que, obviamente correspondía a las condiciones concretas de la lucha política en la Rusia de ese momento. Solo así, en esas condiciones concretas de la lucha política y social, el POSDR podría erigirse en el partido de clase (doctrinariamente homogéneo) que cumpla su función de dirigente político y vanguardia organizada del proletariado y pueblo ruso” [2]



Añadiendo posteriormente :



“Claro está que en ¿Qué Hacer? Lenin defiende la concepción marxista del partido de clase en las condiciones de la autocracia zarista y dado el desarrollo particular del movimiento revolucionario ruso”[3]



No obstante, luego, inexplicablemente (antidialèctica y antihistoricamente), concluye que :



“Esta es la base del error al que cae Gustavo que razona porque hay autocracia es válido el partido de clase, el partido de cuadros; y cuando la autocracia está débil o ya no existe, entonces cabe el partido de masas”[4]





Debiendo precisar que en esta ilógica conclusión, que no guarda relación coherente con las premisas anteriores suyas, incurre además en el error de afirmar implícitamente que EL PARTIDO DE MASAS NO ES UN PARTIDO DE CLASE, restringiendo esta calificación solo para el Partido de Cuadros (releer atentamente : …“el partido de clase, el partido de cuadros”…).



Comentario aparte y no principal merece la gratuita y apresurada afirmación de que :



“en modo alguno se puede sostener, como lo hace el compañero Gustavo Pérez, que el partido que propuso Lenin, como instrumento dirigente de la revolución, sea el “partido de cuadros”, en el reducido concepto de que un partido así se basa en el “espíritu de círculo”…[5]



Pues bien, comprometo al compañero Jaime a que señale en forma clara y concreta ¿En que párrafo he afirmado yo que el Partido de Lenin se basa en el ESPÌRITU DE CIRCULO?. Simplemente me limité a transcribir un párrafo del “Prologo a la Recopilación “En doce años”, en que el propio Lenin afirmaba :



“En un país autocrático en general, en las condiciones que fueron creadas por toda la historia del movimiento revolucionario ruso en particular, el Partido Obrero Socialista no podía desarrollarse de otro modo que sobre la base de los círculos. Los círculos, es decir las agrupaciones de muy reducido número de personas, agrupaciones estrechas, cerradas y casi siempre basadas en la amistad personal, fueron una etapa necesaria en el desarrollo del socialismo y del movimiento obrero en Rusia. A medida que crecía este movimiento, se planteó la tarea de agrupar los círculos, de crear un sólido vínculo entre ellos y de establecer la continuidad. No se podía cumplir esta tarea sin crear una fuerte base de operaciones “inaccesible” a la autocracia”,…



Entonces, parodiando a don Ricardo Palma, diremos : ¡Traslado a Lenin este cargo para su absolución!.





Finalmente, a este respecto, considero que la preponderancia o primacía de la forma organizativa del Partido de Cuadros, en el ideario y pensamiento del movimiento socialista peruano, se debe a que varias de sus generaciones ingresaron a la vida política nacional y se desempeñaron necesariamente, durante largos periodos históricos, bajo esta forma organizativa, en condiciones de dictaduras militares antisocialistas o anticomunistas.



¿PARTIDO OBRERO O PARTIDO DE TRABAJADORES?



No obstante no es ésta (la negación del supuesto carácter eterno y atemporal del Partido de Cuadros) sino la supuesta negación del carácter de clase del Partido, la imputación principal hecha por el compañero Jaime, quien señala, en referencia al análisis hecho por mí respecto al numeral 3 del Acta de Constitución del Partido Socialista del Perú[6], que :



…”, la conclusión que nos propone mi estimado compañero, Gustavo” (NOTA MÎA : debo añadir que la estima es mutua hacia el compañero Jaime)”, son un CONTRABANDO en toda ley”… [7]



Añadiendo : “Debiera fijarse mejor lo que escribe:”…[8]



Y se pregunta en voz alta :



“¿Se contrapone el concepto de partido de clase al concepto de que ese mismo partido esté BASADO en las masas obreras y campesinas?”[9]

Para concluir mas adelante que :



“Este numeral tiene dos partes. En la primera, claramente está el principio fundamental de la teoría marxista-leninista del Partido (partido de clase, doctrinalmente homogéneo). En la segunda parte, por las condiciones concretas del país, semifeudal y semicolonial, el partido de clase debe estar basado en los obreros y campesinos; es decir, su composición y su vínculo deben ser estas dos clases, principalmente”[10]



¿Y que había dicho yo?, pues, citaba textualmente el texto de Mariátegui y a renglón seguido decía que :



“Una lectura atenta de este numeral del Acta, da cuenta de que en el se reconoce la necesidad de la creación de un Partido “de clase”, pero que, de “acuerdo con las condiciones concretas actuales del Perú”, concurrirá a la constitución de un Partido “basado en las masas obreras y campesinas organizadas”. Es decir que las condiciones concretas actuales del Perú requerían no de un Partido de clase sino de uno basado en las masas obreras y campesinas, lo que acredita que éstas condiciones concretas, a que hace referencia Mariátegui en este párrafo, no son justificatorias del nombre SOCIALISTA para el Partido sino simplemente de su composición social, “…[11]





Y ya antes, al iniciar el capítulo pertinente, había advertido que :



“En algún momento y lugar hemos comentado que esto último” (NOTA MIA: me refiero al numeral 3 del Acta de Constitución del Partido Socialista del Perú)” implicaba que el Partido Socialista del Perú, fundado por el J.C. Mariátegui, constituía, por su composición social, propiamente un Partido de Trabajadores o del Trabajo, como el de Vietnam o el de Corea o el de Albania,”…[12].



¿Cuál es pues la diferencia con lo críticamente afirmado por el compañero Jaime?. Pues solo que él declara enfáticamente que “su composición” (NOTA MIA : se refiere a la del Partido Socialista del Perú)”deben ser estas dos clases, principalmente”. Con lo cual el compañero Jaime, posible involuntariamente, estaría afirmando que el Partido fundado por Mariátegui es uno “de clases” y no “de clase”, pero ello es solo apariencia pues la integridad del pensamiento expuesto acredita que el compañero Jaime ha querido afirmar lo mismo que yo, con algún acento personal por cierto.



No obstante lo increíble y terrible es que aún arrastremos en el alma del movimiento socialista peruano aquella condena antimariateguista inculcada por la “ortodoxia” mal entendida de la Internacional Comunista y resumida en las dos citas que encabezan este artículo. Le ruego, compañero Jaime acabemos con el “parricidio” de que fue objeto Mariátegui, en el movimiento socialista peruano!.





MODELO DE CONSTRUCCIÒN DEL PARTIDO DE MARIÀTEGUI



Pero, mi buen amigo Jaime lanza otra seria imputación :



“Gustavo cree que Mariátegui tenía como referente el Partido Popular Italiano del cura Sturzo de 1920 y no el Partido Comunista del marxista-leninista Gramsci de 1921. Gustavo cree que Mariátegui anhelaba esa forma de “sólida masa popular” que construyó el Partido Popular Italiano y no del estilo y método de vincularse con las masas del Partido Comunista de Gramsci, que era el estilo y método leninista. Esta es otra manera de tergiversar el pensamiento de Mariátegui, como si hubiese querido construir una “máquina electoral” y no una “máquina de combate”. El Partido Popular Italiano fue un partido burgués que aspiraba a ser una “máquina electoral” cuyo fin es sostener el sistema imperante. Y para eso requiere de una muchedumbre que le sostenga en sus campañas y como base social de presión oposicionista. En cambio, el Partido Comunista de Gramsci fue un partido de clase que aspiraba a transformar el orden social de Italia porque tenía una “concepción insurreccional y revolucionaria”, más aún en la década del 20 del siglo XX”[13].



¿Qué motivó este rico comentario del compañero Jaime que ocupa un párrafo de 14 líneas de su artìculo?., pues estas dos líneas de mi artìculo :



“Un Partido que dispusiese de una “sólida masa popular”, como el Partido Popular Italiano”[14].



A este respecto, son varios los estudiosos, que nos llevan décadas de investigación por delante, y entre los nacionales podría mencionar al compañero Miguel Aragón, que afirman que, contrariamente a César Falcón, quien al parecer conforme a la Internacional Comunista , exigía a Mariátegui la constitución de un Comité Comunista, de Lima, que sea la organización del Partido (Ver. Carta de César Falcón a J.C. Mariátegui, del 15 de Septiembre de 1923), éste veía con mayor simpatía el estilo de construcción de Don Sturzo, organizador inteligente y moderno, constructor del Partido Popular Italiano, desde sus cimientos, quien :



“Pasó largos años organizando sindicatos y federaciones de obreros”…”sobre la base de un Programa”..”Y solo cuando dispuso de una sólida masa popular, creyó oportuno proceder a la constitución del partido”[15]…





En cuanto a alusión a la “concepción insurreccional”, que conforme al compañero Jaime, tenía el Partido Comunista de Gramsci, en la época en que J.C. Mariátegui escribe el artìculo mencionado y luego entre Julio y Octubre de 1929, ello resulta inexacto, pues tras el fracaso de la Huelga de Comités de Fabrica, Gramsci evaluará y analizará el paso táctico “del asalto al asedio”, de la “guerra de movimientos” a la “guerra de posiciones”, del movimiento revolucionario italiano y mundial, señalando :



“Tras 1920 se ha dado un periodo de estancamiento en el movimiento revolucionario mundial. La ocupación de las fabricas en Italia y el avance del Ejército rojo sobre Varsovia señalaron el punto mas alto de la oleada revolucionaria, pero habían demostrado también la incapacidad y la impreparaciòn de los grupos revolucionarios entonces existentes para guiar a los grandes movimientos en su conjunto hasta su natural conclusión : la toma del poder”[16].





PARTIDO “DOCTRINARIAMENTE HOMÓGENEO”



Ahora bien, no quisiera cerrar este artìculo sin referirme a que el compañero Jaime se ha referido en su artìculo al Partido no menos de diez veces como “doctrinariamente homogéneo”, y ello es correcto si se refiere a que al interior del Partido no existe mas que la doctrina marxista o socialista revolucionaria, a que en el interior del Partido no pueden existir dos líneas ideológica, política y orgánicamente, establecidas, pero ello de ninguna manera puede significar la negación de la existencia objetiva de tendencias a su interior.



A este respecto Mariátegui señala analizando la lucha interna del PC “bolchevique” que :



“La revolución rusa, como gran revolución histórica, avanza por una trocha difícil que se va abriendo ella misma con su impulso, no conoce hasta ahora días fáciles ni ociosos. Es la obra de hombres heroicos y excepcionales, y por este mismo hecho, no ha sido posible sino con una máxima y tremenda tensión creadora. El partido bolchevique, por tanto, no es ni puede ser una apacible y unánime academia”[17].





Si bien el artìculo de Mariátegui está referido al Partido Comunista Bolchevique, podemos considerarlo de aplicación general a los Partidos Revolucionarios, pues si el Partido Bolchevique no era ni podía ser una “apacible y unánime academia” con mayor razón no lo serán ni lo pueden ser las demás organizaciones revolucionarias, incluyendo al propio Partido Socialista del Perú.



¡Mi gratitud infinita a los compañeros Eduardo Ibarra y Jaime Lastra Domínguez por iniciar y mantener este fructífero debate e incentivar a la investigación!





Gustavo Pérez Hinojosa

18/04/10.

[1] Ver Charles Jaime Lastra Domínguez “Lenin, el “¿Qué Hacer?” y el Partido de Clase”, página 3, séptimo párrafo.



[2] Ver Charles Jaime Lastra Domínguez, artìculo citado, página 4, primer párrafo.



[3] Ver Charles Jaime Lastra Domínguez, artículo citado, cuarto párrafo, “in fine”.



[4] Ver Charles Jaime Lastra Domínguez, artículo citado, página 5, primer párrafo.



[5] Ver Charles Jaime Lastra Domínguez, artìculo citado, página 4, segundo párrafo.



[6] Ver Gustavo Pérez Hinojosa “Lenin, Mariátegui y el Partido de Masas”, página 4, segundo párrafos segundo y tercero.

[7] Ver Charles Jaime Lastra Domínguez, artìculo citado, página 6, primer párrafo.



[8] Ver Charles Jaime Lastra Domínguez, artìculo citado, misma página y párrafo.



[9] Ver Charles Jaime Lastra Domínguez, artìculo citado, misma página y párrafo.



[10] Ver Charles Jaime Lastra Domínguez, artìculo citado, página 6, tercer párrafo.



[11] Ver Gustavo Pérez Hinojosa, artìculo citado página 4, párrafo tercero.



[12] Ver Gustavo Pérez Hinojosa, artìculo citado, página 3, párrafo segundo.



[13] Ver Charles Jaime Lastra Domínguez, artìculo citado, pagina 6, párrafo 7 y página 7, párrafo 7.





[14] Ver Gustavo Pérez Hinojosa, artìculo citado, página 2, párrafo sexto.



[15] J.C. Mariátegui : “El partido popular italiano”, fechado en Roma, 28/03/1920, en “Cartas de Italia”, Empresa Editora Amauta, Págs. 62 a 66.



[16] Antonio Gramsci en “I laburisti al potere”. A este respecto ver V. Gerratana :”La nueva estrategia que se abre paso en los “Quaderni” y L. Paggi “Después de la derrota de la revolución en Occidente”.



[17] J.C. Mariátegui “Trotsky y la oposición comunista”, Variedades, 25 de Febrero de 1928.

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