miércoles, 5 de mayo de 2010

Morin y los cinco controles para evitar que nuestro cerebro nos engañe.







En cada tiempo y lugar, las muchedumbres, necesitan creer en algo. El político tiene que descubrir ese algo. Marx y Engels en La Ideología Alemana expusieron que los hombres siempre han elaborado falsas concepciones de ellos mismos, de lo que hacen, de los deben hacer y del mundo donde viven. Error e ilusión, dice Edgar Morin, parasitan en la mente humana desde la aparición del homo sapiens.[1] En este siglo, de la humanidad internacionalizada y solidaria, las intuiciones de Marx y Engels, se ven confirmadas en estudios que prueban que no todo lo que percibimos es real. El 2007 el psicólogo David Dunning, de la Cornell University de Estados Unidos, hace de conocimiento público que los resultados de experimentos, destinados a saber si aquello que deseamos puede hacer que veamos unas cosas u otras. Probaron que nuestro cerebro nos “engaña” en las percepciones visuales. Este proceso de percepción alterada es inconsciente. Los análisis sugieren que en dicho proceso interviene una autoestimulación inconsciente, que afecta a la información que los sentidos trasladan al cerebro. Edgar Morin por su parte dice: para evitar que los sentidos nos engañen o que nuestro propio subconsciente distorsione la realidad, se requiere de cinco controles: “la actividad racional de la mente (…) apela al control del entorno (resistencia física del medio al deseo y al imaginario), al control de la práctica (actividad verificadora), al control de la cultura (referencia al saber común), al control del prójimo (¿es que usted ve lo mismo que yo?), al control cerebral (memoria, operaciones lógicas).”[2] Pero, si examinamos el proyecto de civilización de Morin, nos topamos con un proyecto que soslaya el antagonismo de clases y, por tanto, lleva implícito un control de clase, de una clase que no es precisamente el proletariado. Morin, como muchos intelectuales asalariados del capital internacional, se convierten en vulgares maquilladores de la descomposición capitalista al encubrir el antagonismo de la división social del trabajo. Entonces, a los cinco controles de Morin, hay agregar un control de clase: posición, punto de vista y método de la clase obrera (única clase que NO tiene intereses en desfigurar o mistificar la realidad).



Tacna, 05 mayo 2010

Edgar Bolaños Marín



[1] Edgar Morin, Siete saberes necesarios para la educación del futuro, versión electrónica.

[2] Edgar Morin, Siete saberes necesarios para la educación del futuro, versión electrónica

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