lunes, 29 de octubre de 2012

PARA SALIR DEL ATRASO DESARROLLEMOS LA ECONOMÍA INMATERIAL






Dr. Hugo SALINAS



El desarrollo del proceso de trabajo de concepción, que nos conduce a una economía inmaterial, nos está facilitando el logro de nuevas aventuras humanas, incluso en el conocimiento del propio ser humano. Tejerá igualmente un mecanismo que consolidará una distribución más o menos igualitaria del poder adquisitivo de las personas. Sobre la base de estos soportes, se hará posible una utilización equilibrada del total de nuestro tiempo disponible entre familia, trabajo y sociedad. (El total de tiempo disponible de una persona, en un día, es igual a las 24 horas del día menos las 8 horas aproximadas dedicadas al sueño, descanso reparador).

La utilización equilibrada del total de nuestro tiempo disponible es una tarea impensable dentro del mundo que vivimos, falto de recursos económicos a pesar de que existen en abundancia; tiempo disponible solamente dedicado al trabajo, sin espacio para desarrollar el mundo familiar, menos aún el tejido social.

La naturaleza de los elementos del proceso de trabajo de concepción, y la eliminación de las grandes desigualdades económicas, facilitarán que el ser humano piense en él mismo, en su familia y el mundo que le envuelve. Son temas que el ser humano ha comenzado a abordarlos porque comienzan a crearse las herramientas que lo hacen posible. De igual modo, la sociedad ha comenzado a tomar posición al respecto. Estamos hablando de los cimientos de la gran Transformación.

Los cimientos de la gran Transformación

Los dos elementos de la actividad económica del Futuro Inmediato serán la Repartición Igualitaria y el proceso de trabajo de concepción. La instalación de la Repartición Igualitaria es inevitable. Pero esta vez será un acto consciente de la sociedad. Y dada su naturaleza, la decisión de su instalación no corresponde a las personas en particular. Es la sociedad que, en cierto momento y dadas ciertas circunstancias, decidirá porque la Repartición Igualitaria sea uno de los dos elementos de la actividad económica.

En un futuro cercano, será la Repartición Igualitaria quien animará una actividad económica a dos sectores. Uno de los sectores estará conformado por todas las empresas actualmente existentes, las mismas que se están rigiendo por la Repartición Individualista. El nuevo sector a crearse estará conformado por empresas a Repartición Igualitaria. Son las empresas-país. Este nuevo sector está destinado a ser el predominante y su Repartición Igualitaria, la hegemónica. El futuro cercano estará animado, entonces, por una economía de mercado a dos sectores, en donde la Repartición Igualitaria será el tipo de repartición predominante.

En estas condiciones, vía las empresas-país, se tendrán instalados los mecanismos que tenderán a eliminar las grandes desigualdades socio-económicas al interior del país. Para comenzar, las empresas-país pondrán en marcha un Nuevo Contrato de Trabajo que tiende a eliminar el desempleo, y a incrementar rápidamente el salario mínimo de sus trabajadores hasta alcanzar el estándar internacional de los salarios mínimos. Sobre estas bases, las empresas-país se abocarán, a través de “mil caños de financiamiento”, al suministro de los Bienes de Necesidad Básica tales como vivienda, salud, educación, transporte, etc. El moderno sistema financiero facilitará la creación y desarrollo de las empresas-país.

Con estos mecanismos, que las empresas-país pondrán en ejecución, se podrá fácilmente eliminar el desempleo. Pero, una preocupación se instala. ¿Se podrá igualmente eliminar la pobreza?  

Visto la tendencia al pleno empleo y al incremento acelerado del salario mínimo, la pobreza sufrirá una real reducción. Pero subsistirán todavía sectores económicos con formas de trabajar antiguos de miles de años, como el de los campesinos y el de los hermanos al interior de la Amazonía. Además de que, las empresas que actualmente animan la economía de mercado de las grandes ciudades del Tercer y Cuarto Mundo, como es el caso del Perú, realizan tareas menores de la gran industria, se orientan a sectores productivos de alta competitividad a nivel mundial, y son dependientes de quienes realizan el producto final. Es decir, como consecuencia de una división internacional del trabajo sesgada en contra de los países del Tercer y Cuarto Mundo, su actividad industrial es dependiente, de escaso valor agregado, de salarios bajos y, en una buena proporción, ligado al presupuesto público.

La respuesta es, entonces: no. La pobreza instalada en los países del Tercer y Cuarto mundo no solamente está ligada al desempleo y a las grandes desigualdades socio-económicas al interior del país. Está ligada al contexto mundial. Vivimos en una economía-mundo y la pobreza del país se compara con el nivel alcanzado por los “países desarrollados”. Resultado de ese análisis comparativo, la pobreza subsistirá a pesar de haberse eliminado las grandes desigualdades económicas al interior del país, a pesar de haberse eliminado el desempleo.

¿Cómo, entonces, lograr el objetivo de eliminar la pobreza con relación al contexto internacional? Es aquí que toma toda su importancia el proceso de trabajo de concepción. Es a través de su instalación y desarrollo que podremos “nivelarnos” con el progreso alcanzado por los “países desarrollados”. De esta forma podremos eliminar nuestro atraso con relación a los “países desarrollados”. Y con ello, no solamente habremos eliminado las grandes desigualdades al interior del país, sino que también gozaremos del mismo cuadro de vida que los “países desarrollados”. 

Una nueva forma de trabajar se está imponiendo a nivel mundial

Gracias a la decisión del pueblo, en un futuro cercano, se pondrá en marcha la gran Transformación. La actividad económica que animará estará marcada por la instalación de la Repartición Igualitaria, a través de las empresas-país. Este tipo de repartición será uno de los dos elementos de la actividad económica de un futuro cercano.

El segundo elemento de la actividad económica será el proceso de trabajo de concepción, algo que la Humanidad lo esta cocinando. ¿En qué momento se convertirá en la forma de trabajar predominante, substituyendo al proceso artificial de producción? No es simple a prever, pero es inevitable según el análisis que resulta a la luz de la Teoría sobre los procesos de trabajo. Sin embargo, es necesario señalar que, dentro de la evolución de los procesos de trabajo a nivel mundial, en el caso de los países del Tercer y Cuarto Mundo, como sucede con el Perú, están una vez más perdiendo el compás de la Historia.

Los “países desarrollados”, desde el año 1971 ya cuentan con una bolsa de valores que concentra las empresas de alta tecnología. La bolsa de valores NASDAQ representa la economía inmaterial, con bienes esencialmente inmateriales, salidos del proceso de trabajo de concepción. En corto tiempo está superando en importancia a la bolsa de valores DOW JONES que representa la economía industrial con bienes salidos del proceso artificial de producción.

De tal forma que, desde hace un buen número de años, los “países desarrollados” están invadiendo el mundo con productos salidos de la economía inmaterial. Son productos que concentran mayor valor agregado. Las empresas imponen sus precios de venta al ubicarse en el mercado mundial en posición de monopolio, puesto que dominan la tecnología de producción u elaboración. Y, por consiguiente, sus índices de rentabilidad son elevados.

Entonces, si queremos no solamente eliminar las grandes desigualdades socio-económicas a nivel de país sino a nivel mundial, debemos superar nuestro retraso. Debemos ponernos a tono con la evolución de los procesos de trabajo que la Humanidad viene modelando. Esto nos exige, en primera instancia, conocer la naturaleza y los alcances de la nueva forma de trabajar en proceso de instalación. Es a partir de ello que podremos definir nuestras tareas inmediatas con bastante claridad.

Los elementos de la nueva forma de trabajar son inmateriales

Todos los elementos del proceso de trabajo de concepción (ptc) son inmateriales. Esto determina que su producto final sea igualmente inmaterial. El ptc es una forma de trabajar que se sirve de conocimientos para ser aplicados sobre conocimientos, y cuyos resultados son conocimientos. Toda la línea de elaboración es inmaterial. Ya no se habla de “producción”  sino de elaboración, así como sus trabajadores ya no son “obreros” sino conceptores.

Así como la mayoría de los trabajadores son obreros en una actividad económica en donde el proceso artificial de producción es predominante; de igual modo, la mayoría de los trabajadores serán conceptores en una actividad económica en donde el proceso de trabajo de concepción será predominante. Los conceptores son trabajadores con un alto nivel de especialización, de una formación en ciencia, tecnología y arte desde muy temprana edad; ocupados en la innovación, invención, creación, y descubrimiento. Como resultado, cada uno de los bienes elaborados son una innovación, una invención, una creación, o un descubrimiento. Es decir, el bien económico resultado del proceso de trabajo de concepción es único; no requiere de un duplicado o de una producción en masa, como sucede con los bienes producto del proceso artificial de producción.

Para lograr este objetivo, los conceptores se sirven de los conocimientos adquiridos por la Humanidad, lo ponen en contraste con sus conocimientos y competencias, a fin de encontrar respuesta a sus preguntas sobre un determinado problema. Es una búsqueda permanente de respuesta ya no solo a problemas materiales sino también, y sobre todo, fisiológicos, psicológicos, espirituales, de relaciones sociales, de comportamiento. Es decir, el proceso de trabajo de concepción va más allá de lo material en la búsqueda del confort tanto individual como social.

Nos encontramos ad portas del predominio de una actividad económica esencialmente inmaterial, con respuestas jamás pensadas hasta hace poco. La nanotecnología no solo ha desarrollado grandemente la medicina sino también la conquista espacial. La comunicación en tiempo real ha revolucionado los medios de comunicación y las redes sociales. El transporte material está prácticamente llegando a su fin. Incluso las guerras tienen objetivos designados con mucha precisión a partir del otro lado del mundo. El planeta Tierra está resultando muy pequeño por la facilidad de las interacciones humanas y, el ser humano mismo está ingresando a descubrir y curar sus males internos con mucha mayor facilidad.

Esto es lo que actualmente podemos observar y presentir. Pero, ¿hasta dónde se desarrollará el proceso de trabajo de concepción? Difícil a prever. Solamente tenemos ejemplos. Es el caso precisamente del proceso de trabajo que está en trance de ser superado: el proceso artificial de producción. Comienza con creaciones inimaginables a su época como la alfarería, producto por producto, hechos a la mano. De igual modo, se inicia la textilería, con herramientas como el telar hecho de madera y ajustado a un árbol. La siderurgia se inicia con experiencias caceras, en crisoles que no soportaban elevadas temperaturas. En esa época era imposible prever que la revolución industrial transformaría todos los procedimientos, herramientas, y se instalaría la máquina. Era igualmente imposible prever la revolución verde, menos aún la conquista espacial. Algo impensable en sus orígenes. ¿Cuál será la forma definitiva del proceso de trabajo de concepción? No muy fácil a predecir.

Una vez más sufrimos un retraso con la nueva forma de trabajar

Lo que es evidente es que el proceso de trabajo de concepción ya ha ocupado grandes espacios dentro de nuestra actividad económica a nivel mundial. Incluso la mayoría de edad se va acortando con mucha celeridad. Nuestros líderes mundiales, en diferentes campos, son cada vez más jóvenes. La sociedad y la economía, en los “países desarrollados”, están sufriendo grandes mutaciones, mientras que en los países del Sur seguimos con formas de trabajar de cientos y miles de años de retraso.

Es necesario tomar conciencia del Futuro Inmediato que golpea nuestras puertas con suma insistencia, y realizar las acciones necesarias para recuperar el retraso y, ¿por qué no? ponernos a la cabeza de los “países desarrollados”. No es ficción. He demostrado que, en términos de procesos de trabajo, un retraso de miles de años se puede recuperar fácilmente si existe la voluntad política de hacerlo y se implementa los medios para lograrlo. Como un ejemplo muy reciente tenemos al Proyecto Apollo. El pueblo americano decidió recuperar, en diez años, el retraso científico y tecnológico que venía teniendo con relación a la Unión soviética. Y se propuso hacerlo. Puso en tensión todas sus fuerzas, materiales, financieras y espirituales, y en nueve años fue el primer país en poner los pies sobre la Luna. Algo increíble e inimaginable cuando se tomó la decisión. Son proyectos y decisiones de sociedad.

Una fundamental herramienta para recuperar el retraso: los conocimientos

Nuestro proyecto de sociedad tendrá como una de las misiones esenciales el eliminar las grandes desigualdades socio-económicas. Aquí la segunda: eliminar el atraso. Y para ello contamos con una fundamental herramienta: los conocimientos. 

Así como la tierra cultivable fue el elemento esencial para el desarrollo de la agricultura primitiva, y la máquina para la revolución industrial, los conocimientos es el elemento esencial del mundo inmaterial que nos está invadiendo con bastante celeridad. ¿Cómo generar conocimientos en las diferentes especialidades de la ciencia, la técnica y el arte para, primero, recuperar el retraso poniéndonos al nivel de los “países desarrollados” y, segundo, ir lo más lejos posible?

Esta nueva herramienta, los conocimientos, se encuentra incrustada en el trabajador mismo. De ahí que ya no es ni un obrero ni un campesino. Es un conceptor. Esta es la naturaleza particular del trabajador del proceso de trabajo de concepción. Y su naturaleza misma nos está indicando qué hacer para que los trabajadores del Futuro Inmediato tengan los conocimientos, competencias y habilidades necesarias para ser eficaces en sus nuevos centros de trabajo.

Los centros de trabajo serán Centros de Investigación y Desarrollo (I&D). Es decir, la mayoría de los trabajadores del Futuro Inmediato serán de científicos y artistas de alto nivel. ¿Cómo lograr esa nueva generación de trabajadores?

La formación de estos nuevos trabajadores va más allá de saber leer, escribir, y realizar operaciones aritméticas, que era exigente para el obrero. Para el obrero, una educación escolar era suficiente. La preparación del científico y del artista requiere mucho más que una formación escolar. Se requiere de una formación transversal centro de estudios /centro de trabajo y, sobre todo, una preparación incluso antes del nacimiento del nuevo trabajador. Y con mayor razón durante el proceso evolutivo de la niñez y la juventud. 

La Formación-Educación rebasa las aulas escolares. El conceptor requiere despertar todas sus sensibilidades para ser capaz de realizar descubrimientos, creaciones, invenciones e innovaciones. Para ello, no solamente es necesario aumentar las horas de estudio por día, por semana, por año; es necesario estudiar en los centros más importantes del mundo, manejar las “herramientas” más innovantes en el campo de los conocimientos; y conocer la problemática del país con estadías largas en los lugares más problemáticos.

Todo esto nos indica que esta nueva forma de trabajar ingresa a resolver áreas nunca antes imaginadas. Con los procesos de trabajo precedentes, todos materiales en su resultado y en sus elementos, limita su campo de acción al mundo material. La nueva forma de trabajar ya no tiene esa barrera y puede, con toda solvencia y facilidad, ingresar al dominio inmaterial tanto del ser humano como de su sociedad. Con esta nueva forma de trabajar podrán ser resueltos enigmas imposibles de abordar con los medios materiales. 

Pero en la vida de un ser humano no todo es trabajo.

El proceso de trabajo de concepción invade la vida de la persona y de la sociedad

Esta nueva forma de trabajar nos está facilitando ingresar a resolver problemas en tres campos claramente definidos: la familia, el trabajo y la sociedad. Con las formas de trabajar precedentes hemos alcanzado resolver inconvenientes relativos al cuadro de vida material, personal y ambiental. Con el proceso de trabajo de concepción estaríamos ingresando a resolver los problemas íntimos tanto de la persona como de la sociedad. Es decir, estaríamos abordando la Integralidad del ser humano dentro de su medio ambiente, la sociedad. Y con ello, esta nueva forma de trabajar, estaría devolviendo al ser humano un Equilibrio en el manejo de su vida integral. 

Un equilibrio quebrado por la Repartición Individualista. Este tipo de repartición hace del ser humano un esclavo del trabajo, tanto como asalariado o como un egoísta amasador de fortuna. Tanto el trabajo de gleba como el entusiasmo desmesurado por un enriquecimiento lo separa de su familia y de su sociedad. Los puentes entre el trabajo, la familia y la sociedad son quebrados. Y lo son desde hace diez mil años. Tiempo suficiente para moldear comportamientos aberrantes, 

Y es precisamente esta nueva forma de trabajar que nos está ofreciendo “herramientas y máquinas” de nuevo tipo que nos permitirán reconstruir esos puentes quebrados, esas relaciones humanas rotas. Y a partir de ello, lanzar a las personas y su sociedad hacia conquistas nuevas en su desarrollo personal, espiritual, y de sociedad.

Pero, al mismo tiempo, no hay que olvidar que el proceso de trabajo de concepción nos conduce inevitablemente a la Repartición Igualitaria del resultado neto de la actividad económica. Y es simple efectuar dicha previsión: todos sus elementos sin inmateriales. Pero lo más importante es que su elemento esencial, los conocimientos y competencias, que se encuentran al interior del trabajador, es inmaterial. Imposible de ser apropiado por una tercera persona para establecer una relación de dominación, como fue en el caso de la tierra cultivable y de la máquina. 

Es decir, el reto de nuestros tiempos modernos es desarrollar  una economía basada sobre los conocimientos y dentro del cuadro de un bienestar general, en donde todos y cada uno tendrá un poder adquisitivo más o menos igual. 

Estos dos eventos, la Repartición Igualitaria y el proceso de trabajo de concepción, se encuentran para facilitar el desarrollo equilibrado de la persona en todos sus ámbitos. Es decir, estos dos eventos nos están permitiendo realizar un empleo equilibrado del total de nuestro tiempo disponible entre la familia, el trabajo y la sociedad.

Empleo equilibrado del tiempo disponible entre familia, trabajo y sociedad

Para superar el retraso con relación a la nueva forma de trabajar, y realizarlo en condiciones de bienestar general, será de mucha ayuda que las empresas-país comiencen a florecer por doquier. Esto permitirá que todo el valor agregado por un pueblo, vuelva, en partes más o menos iguales, a todos los habitantes de ese mismo pueblo, sin ninguna distinción de religión, etnia, color de piel, o cualquier otro argumento. Es una condición que permitirá contar con un alto poder adquisitivo, facilitando de esta manera un empleo equilibrado del total de nuestro tiempo disponible entre la familia, el trabajo y la sociedad.

El desarrollo del proceso de trabajo de concepción requiere y facilita la existencia de seres humanos libres, autónomos, y con plena iniciativa. Para que estas características del ser humano sean reales de adquirirlas, es necesario contar con un poder adquisitivo en condiciones más o menos iguales entre todos los habitantes de un país. 

El tiempo total de existencia de cada ser humano es de 24 horas por día. De este tiempo total de existencia diaria, teóricamente, un poco más, un poco menos, 8 horas están destinadas al sueño reparador. De donde resulta que, el ser humano tiene un tiempo total disponible de 16 horas por día. ¿Cómo lo utiliza el ser humano? ¿Tiene un real control sobre su uso?

Desde hace diez mil años hasta la fecha, los esclavos, siervos, pongos, peones, y asalariados, han destinado la totalidad del tiempo disponible casi exclusivamente al trabajo para supervivir. Es este modelo de sociedad y economía para la mayoría de la población que debe terminar. El esquema de sumisión solamente al trabajo de supervivencia debe ser modificado no solamente al interior de cada día, sino al interior del total de existencia del ser humano. 

Independientemente del tiempo sagrado destinado al sueño reparador, del total del tiempo de actividad (16 horas por día), el trabajador tiene que abrir, además del tiempo para el trabajo, un tiempo para la familia y otro tiempo destinado a la sociedad. Con un alto poder adquisitivo, y en más o menos igual condición que el resto de personas, es posible llevar a cabo este uso equilibrado del tiempo disponible. Se trata de reformular la existencia de la bestia de carga hacia la existencia de una vida en equilibrio del ser humano. Y este reequilibrio tiene que tomar en consideración la familia, el trabajo y la sociedad. Tres estamentos importantes en la vida equilibrada de un ser humano.

El balance entre cada uno de estos tiempos de actividad no es lo mismo al interior de un día que al interior del total de existencia del ser humano. Ese balance tiene que hacerse en función de las habilidades y satisfacciones de la persona, y de los requerimientos de la familia, el trabajo y la sociedad. Pueden existir grandes tiempos dedicados solamente a la familia y la sociedad o solamente a la familia y el trabajo pero que, en el total de la existencia del ser humano se equilibren los tres estamentos (familia, trabajo y sociedad). Y es la autonomía y madurez de cada ser humano que jugará un papel importante en el uso de un tiempo total disponible equilibrado. No obstante, la sociedad estará siempre presente para recordárselo a cada instante.

Este reequilibrio del total de tiempo disponible de una persona deberá llevarnos a variar nuestra percepción sobre el otro. Porque nuestra vida de asalariado nos lleva rápidamente a denigrar la persona que “no hace nada”.  Visto que nuestra vida es solamente de trabajo para supervivir, nos “fastidia” que otra persona emplee su tiempo para “no hacer nada”. Es la percepción de un asalariado que reflexiona a partir de su condición de asalariado. Pongamos un ejemplo. Es el caso del profesor que aparentemente “no hace nada” cuando da vueltas reflexionando. En realidad, es uno de sus mejores tiempos: el desarrollo mental de sus labores del día siguiente. Lo que sucede es que para el asalariado no existe ni existió tiempo para la reflexión, menos para la familia y la sociedad. 

¿Qué es un tiempo disponible dedicado a la sociedad?

Tiempo de actividad destinado a la sociedad

Pasamos por las calles, vemos papeles y basura por todos lados pero, seguimos caminando rápido porque tenemos prisa para llegar al trabajo o al centro de estudios. Nos molesta que las calles estén sucias, con huecos, con carros en todos los sentidos, con una bulla infernal, pero no hacemos otra cosa que mortificarnos. Con este comportamiento no comprendemos que somos parte de una sociedad, y que existe un ida y vuelta entre nuestro bienestar individual y nuestro bienestar en sociedad. Si no dedicamos un minuto de nuestro tiempo disponible a comprender y resolver estos problemas, ¿cómo queremos que nuestras calles estén limpias, bien ordenadas? ¿Cómo queremos tener un mejor cuadro de vida si no dedicamos una fracción del total de nuestro tiempo disponible a diseñarlo, costearlo y contribuir a su ejecución?

Por ejemplo, en las sociedades de autoconsumo, en donde el dinero no tenía una función predomínate como ahora, existía de una manera natural un real equilibrio entre el trabajo individual y el trabajo colectivo. Un tiempo dedicado al cultivo de su chacra, de su casa, y otro dedicado a los grandes trabajos. Sino, ¿cómo se explicaría la construcción de las pirámides de Egipto o las fortalezas Incas sin la participación colectiva, organizada y consciente, de miles y miles de personas al mismo tiempo? Esas obras no las puede realizar una sola persona.

Ya no vivimos en sociedades de autoconsumo. Actualmente todo pasa por los intercambios en precios expresados en unidades monetarias. Entonces, es importante comprender que una fracción de nuestro tiempo o de nuestros ingresos debemos destinarlo a los trabajos que requieren la participación de más de una sola persona. Hay algunos que requieren la participación, física o monetaria, de todos los habitantes de la comunidad; otros solamente de una fracción de ella.

Nuestra Democracia representativa y participativa nos ha acostumbrado a “elegir” un representante para que resuelva los problemas en nuestro lugar; es decir, hemos “descargado” sobre el “representante” (presidente, congresista, alcalde…) todos los problemas de sociedad. Para ello le permitimos que nos impongan una cierta tasa o impuesto con el que se cubrirá los costos de las obras y servicios necesarios a la colectividad. En buena cuenta nos hemos descargado de nuestra responsabilidad. Pero, ¿cuánto de dinero le hemos transferido para que realice estas obras y servicios? Aún más, ¿cuánto le podemos transferir de dinero si la mayoría de nosotros no tenemos ni siquiera lo suficiente para supervivir? Y si tuviéramos lo suficiente, ¿es la mejor forma de resolver los problemas de sociedad?

Con ello estamos observando que es urgente ir más allá de nuestro comportamiento individualista, de trabajo “sólo para mí”, si queremos disfrutar de un mejor cuadro de vida. Es necesario que nuestros ingresos personales sean suficientes como para poder participar en el costo de cada una de las obras y servicios que quisiéremos que existan. Es necesario proponer nuevas obras o actividades que mejoren nuestro cuadro de vida. Es necesario participar en las organizaciones que promueven cada una de estas actividades. Es necesario liderar alguna de estas actividades. Es necesario cubrir el costo de las mismas.

Es decir, es necesario entregar una parte del total de nuestro tiempo de actividad (en términos físicos y/o monetarios) al tratamiento de los problemas de sociedad. Esto es lo que permitirá un reequilibrio entre nuestro tiempo dedicado al trabajo y nuestro tiempo dedicado a la sociedad. Lo mismo sucede con la abertura de tiempo disponible que debemos dedicar a la familia, elemento importante de nuestro desarrollo personal y social. Y aquí, una vez más, es necesario formar y reducar el comportamiento de las personas. 

Estas tres áreas de la Educación deben merecer el máximo de esfuerzo financiero. Las empresas-país deben desarrollarse en estas tres áreas para lograr un desarrollo Equilibrado de las personas. Tomando como prioridad a la Educación en sus tres áreas, el Perú puede rápidamente colocarse entre los grandes y su población gozar de un bienestar general. Sobre los cimientos de una economía de mercado a dos sectores en donde la Repartición Igualitaria sea la hegemónica, la Educación es fundamental para pulir la piedra del nuevo comportamiento de la persona dentro de la vida en familia, en el trabajo y en la sociedad.

Ferreñafe, el pueblo de las dos Fe, 29 de octubre del 2012

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