viernes, 12 de octubre de 2012

POLÉMICA PALINGENÉSICA: MARXISMO Y REVISIONISMO – 01

Se han enredado por mirar atrás y no adelante”.

"Lo importante es cómo la historia y la política desenmascaran a los grupos y  tendencias y revelan el carácter burgués oculto detrás de sus frases «seudosocialistas» o «seudomarxistas»."




(12 de octubre de 2012)
Por: Miguel Aragón

Por lo general, antes de reenviar documentos,  y siempre y cuando  las condiciones materiales y el tiempo disponible me lo permitan,   acostumbro leerlos con detenimiento, revisarlos,   y verificar la corrección y validez de las informaciones y afirmaciones que se sostienen en ellos. Ese es  mi declarado estilo revisionista.

1.- Un lamentable error de trascripción.-

Jaime Lastra,  conocido activista del frente unido en Lima,  con fecha 29 de setiembre de 2012,  divulgó por dos grupos de correo  la trascripción del artículo  Marxismo y Revisionismo escrito por Lenin posiblemente “a más tardar el 16 de abril de 1908, y publicado en 1908 en la recopilación Carlos Marx (1818-1883) y firmado como Vl. Ilin”. (Revisar esta información en la nota colocada al final del artículo Marxismo y revisionismo, publicado en la recopilación de textos de Lenin titulada Contra el Revisionismo, pag.111, Editorial Progreso, Moscú 1967; En la edición de otra  recopilación de  textos de Lenin titulada Marx, Engels, Marxismo, publicada por Ediciones  en Lenguas Extranjera, Pekín 1980, pag. 270, la información consignada sobre la fecha es similar).

Saludo y felicito la iniciativa de Jaime Lastra, por la  difusión  del mencionado texto de Lenin. Estamos seguros  que su lectura, estudio y comentario, servirá para impulsar la necesaria lucha teórica, tan importante y necesaria como la lucha económica y la lucha política, con las cuales se complementan armónicamente las tres formas fundamentales de lucha del proletariado. (Entre paréntesis agregaremos que la llamada “lucha ideológica”, y su derivado  la “construcción ideológica”, son conceptos doctrinarios idealistas totalmente ajenos al socialismo científico.  Marx y Engels desde una definida posición  materialista consecuente y militante siempre promovieron  y practicaron la lucha económica, la lucha política y la lucha teórica, y se mantuvieron al margen de los llamados “debates ideológicos”).

En estos momentos, en que en nuestro medio escasea la divulgación de literatura marxista, y las nuevas generaciones de luchadores sociales no tienen acceso fácil a este tipo de  lecturas, esta iniciativa de divulgar Marxismo y revisionismo  ha sido una iniciativa muy necesaria y oportuna.

Al llegarme el texto de Marxismo y revisionismo divulgado por Jaime Lastra, lo primero que hice, fiel a mi declarado estilo revisionista,  fue revisar detenidamente el texto y compararlo con las dos versiones impresas en libros que actualmente dispongo, con las ediciones de procedencias  soviética y  china mencionadas más arriba. A continuación  envío mis primeras observaciones y comentarios, con el premeditado propósito de incentivar el estudio y comentario entre una  mayor cantidad de lectores, y así contribuir al fortalecimiento del frente unido del pueblo, cuya columna vertebral está formada por el movimiento socialista peruano.

Al trascribir el mencionado artículo, y comenzando el mismo, Jaime Lastra ha colocado equívocamente  como fecha de redacción “Abril de 1890”. Lo cual evidentemente es un lamentable error de trascripción. Supongo que Jaime Lastra sin proponérselo  ha adelantado en dieciocho años la fecha de redacción del mismo. No obstante ser un error muy simple, y que es muy posible haya pasado desapercibido para más de un lector,  yo califico su error de "lamentable", porque induce a los lectores  poco avisados al error de pensar que “ya en 1890”  estaba en pleno desarrollo la lucha contra la conocida desviación  revisionista. Y además, por añadidura,   se le ubicaría  a Lenin como “el iniciador” y primer abanderado de la lucha contra el revisionismo. Lo cual, como Jaime Lastra y yo, o cualquier otro estudioso del tema,   sabemos que no concuerda con los hechos históricos.

Un día  después, el 30 de setiembre, el caballero Santiago-El Joven quien últimamente decretó que “los marxistas siempre fueron unos cruzados en la lucha contra el revisionismo”, reenvió el mismo documento  a través de cuatro  grupos de correo, ampliando así la difusión, pero  manteniendo el mismo error de fechado: “Abril de 1890”. Si el error de Lastra  podemos considerarlo  “un  simple error de trascripción”, algo que lamentablemente todavía es muy común entre muchos de nosotros, me parece que el error de Santiago-El Joven no es tan simple, y  resulta preocupante. Ese error de él, a falta de información podemos suponer que ha obedecido a múltiples causas, pero nos parece preferible  no entrar al campo de las especulaciones, y mucho menos de las acusaciones e insultos gratuitos, siendo lo más recomendable esperar que él mismo explique las causas de su error.

2.- Los primeros cinco decenios del desarrollo del  marxismo.-

Continuando con mi declarado estilo revisionista, pasemos ahora a revisar algo más importante, un breve repaso del surgimiento de la tendencia  revisionista del marxismo. Este repaso  necesariamente debe ser precedido por  un breve repaso  del desarrollo del propio marxismo, porque no se puede concebir un desarrollo de la tendencia  revisionista al margen de un desarrollo previo del propio marxismo; así como no se le puede calificar ligeramente a nadie de “revisionista”, si no le reconocemos sus antecedentes previos como  “marxista”. Para este elemental ejercicio de repaso histórico,   el texto de Lenin Marxismo y revisionismo nos sirve de  buen punto de partida, y esperamos que todos los interesados impriman, revisen y comenten el texto en mención. Nuevamente reiteramos nuestra felicitación a Jaime Lastra.

Con motivo de la superficial, como vocinglera, “cruzada  anti-revisionista” promovida por unos pocos intelectuales totalmente  desinteresados de las necesidades y de los problemas concretos de nuestro pueblo,  es muy posible que algunas de las pocas personas que  han leído sus chillonas denuncias, puedan suponer erróneamente que el revisionismo siempre existió,  que es una tendencia atemporal, que puede surgir y  desarrollarse en cualquier lugar y momento, y  transponerse mecánicamente de una realidad a otra, como quien exporta una mercancía cualquiera en tiempos de la globalización.  Incluso pueden llegar a suponer   que actualmente la tendencia revisionista se ha enquistado en un sector del movimiento socialista peruano, y ha llegado a convertirse en el peligro principal, al cual debemos de combatir sin ningún tipo de vacilaciones, hasta lograr aplastarlo y erradicarlo de nuestro terruño. Pero la historia, nuestra mejor maestra,  nos enseña que así como el marxismo es una ciencia histórica, de manera similar la desviación  revisionista también ha sido una tendencia histórica, que surgió y se desarrolló en determinado lugar y en determinado momento como resultado de determinadas condiciones objetivas.

En el primitivo prólogo al libro La subversión de la ciencia por el Sr. E. Duhring, Engels anotó lo siguiente “El pensamiento teórico de toda época, incluyendo, por tanto, a la nuestra, es un producto histórico que reviste formas muy distintas y asume, por tanto, contenido muy distinto también según las diferentes épocas. La ciencia del pensamiento es, por consiguiente, como todas las ciencias, una ciencia histórica: la ciencia del desarrollo histórico del pensamiento humano”.(Revisar recopilación de textos de Engels, Marx y Riazanov, La Génesis del “Anti-Duhring, pag. 33, Ediciones Roca. S.A., México 1975; los resaltados en negrita son nuestros).    

Es conocido que el marxismo comenzó a formarse en el segundo tercio de la década de 1840, entre 1843 y 1847, cuando la filosofía clásica alemana, con la Escuela de Hegel a la cabeza, había llegado a la cumbre y culminación de su máximo desarrollo posible, y venía siendo cuestionada y superada en todos los campos del conocimiento por el vigoroso avance de las diferentes ramas de la ciencia, tanto de las ciencias naturales  como de las ciencias sociales. Vigoroso crecimiento y desarrollo de las ciencias, que era impulsado a la vez por dos fuerzas concéntricas,  por la influencia de las nuevas y vigorosas manifestaciones de la lucha de clases del proletariado moderno que se estaba desarrollando en los países más avanzados de Europa, y  por el propio desarrollo interno del pensamiento científico más avanzado.

Como toda teoría nueva, el marxismo tuvo que luchar por su derecho a la existencia contra las otras teorías que ya existían en su tiempo.

Por eso, Lenin en Marxismo y revisionismo anotó que “el marxismo de ningún modo consolidó su posición de golpe, ni mucho menos. Durante el primer medio siglo de su existencia (desde la década del 40 del siglo XIX) luchó contra teorías que le eran profundamente hostiles”.  Agregó que a mediados de la década de 1890 “el marxismo había alcanzado un indiscutible triunfo sobre todas las otras ideologías del movimiento obrero”. Y concluyó que “En lo fundamental este triunfo culminó en la década del 90 del siglo pasado”  

Las gestiones de las dos primeras generaciones del nuevo movimiento socialista alemán, y del nuevo movimiento socialista europeo, en las cuales se desarrollaron los puntos de partida del marxismo, y tomo forma el socialismo científico,  cubrieron  en su conjunto cerca de  50 años, desde aproximadamente 1844 hasta 1895. Marx y Engels comenzaron a colaborar entre ellos y exponer los primeros avances de la nueva concepción del mundo recién descubierta por ellos,  entre fines de 1843 y comienzos de 1844. Después de  varias décadas de acción conjunta, Marx falleció en 1883 y Engels en 1895. En ese lapso ellos  descubrieron y desarrollaron  las bases fundamentales del nuevo materialismo, o materialismo moderno, o concepción materialista de la historia, como ellos denominaron a su teoría, y con lo cual transformaron el pensamiento socialista, de ser un conjunto de doctrinas utópicas como era en sus  comienzos, en una teoría científica. Los puntos de partida del marxismo no fueron elaborados individualmente  por Marx, ni tampoco  solamente  por Marx y Engels, sino que fueron el resultado de la producción de  dos generaciones biológicas, sociales y políticas de pensadores de tendencia materialista, la mayoría de los cuales fueron socialistas. Dos generaciones orientadas y dirigidas  por Marx y Engels  durante aproximadamente cincuenta años.  

Durante ese largo lapso de los primeros cinco decenios, Marx y Engels dirigieron la confrontación del nuevo movimiento socialista contra numerosas tendencias, a ninguna de las cuales se les calificó en su tiempo, ni se les puede calificar a posteriori, de “revisionistas”, ese término  que últimamente viene siendo  manoseado  por  unos pocos intelectuales sectarios, totalmente desinteresados  de la acción clasista del proletariado peruano. Concepto  que  algunos de ellos intentan reducirlo a un simple adjetivo, cuando no a un vulgar insulto, para así salir del paso ante cualquier dificultad que se les presenta  en el necesario e inevitable debate teórico.

Como el mismo Lenin anotó apretadamente en su artículo Marxismo y Revisionismo, la primera crítica y deslinde que tuvieron que empeñar Marx y Engels fue en las filas del movimiento de los “jóvenes hegelianos”, al cual ellos pertenecían, y con el cual habían trabajado en los años de su juventud. El centro de la discusión en esa etapa del desarrollo comenzó como un debate y deslinde interno, entre quienes rescataban el método de Hegel, y quienes priorizaban el sistema  hegeliano. Superada esa primera confrontación,  y ya centrada la discusión en la importancia del método, y gracias a la influencia positiva de  los nuevos descubrimientos de Ludwig  Feuerbach, el debate y deslinde se centró entre quienes descubrieron y comenzaron a desarrollar la dialéctica materialista, y quienes se aferraban a la dialéctica idealista.  El  deslinde definitivo, que había comenzado dentro de los estrechos márgenes de la escuela hegeliana,  se elevó  a la confrontación en términos generales y más amplios entre el desarrollo de la nueva ciencia de la dialéctica materialista, y la vieja filosofía  de la dialéctica idealista. En el Postfacio a la Segunda Edición de El Capital, Marx explicó de manera breve y sencilla la gran diferencia existente entre ambas “dialécticas”:

“Mi método dialéctico no sólo es fundamentalmente distinto del método de Hegel, sino que es, en todo y por todo, la antítesis de él. Para Hegel, el proceso del pensamiento, al que él convierte incluso, bajo el nombre de idea, en sujeto con vida propia, es el demiurgo de lo real, y esto la simple forma externa en que toma cuerpo. Para mí, lo ideal no es, por el contrario, más que lo material traducido y traspuesto a la cabeza del hombre.

Hace cerca de treinta años, en una época en que todavía estaba de moda aquella filosofía, tuve ya ocasión de criticar todo lo que había de mistificación en la dialéctica hegeliana.(…) El hecho de que la dialéctica sufra en manos de Hegel una mistificación, no obsta para que este filósofo fuese el primero que supo exponer de un modo amplio y consciente sus formas generales de movimiento. Lo que ocurre es que la dialéctica aparece en él invertida, puesta de cabeza. No hay más que darle la vuelta, mejor dicho ponerla de pie, y en seguida se descubre bajo la corteza mística la semilla racional”(Carlos Marx, El Capital, pag. xxiii, Edición Fondo de Cultura Económica, México 1966)

Esa primera gran confrontación teórica del marxismo recién naciente, se desarrolló en las filas de los círculos intelectuales más avanzados de la época,  todavía al margen  del movimiento obrero socialista.  

Después de esa primera confrontación, Marx y Engels se  vincularon con el movimiento obrero socialista de la época, movimiento socialista que ya existía desde muchos años antes en varios países europeos, y que desde sus inicios estuvo influenciado  por  varias   doctrinas socialistas utópicas. Los siguientes debates y deslindes teóricos de la naciente tendencia marxista se desarrollaron  en contraposición con varias tendencias socialistas no marxistas. Las  principales luchas teóricas desarrolladas por Marx y Engels entre 1845 y 1895, fueron luchas dentro del movimiento obrero socialista, contra tendencias que se oponían abiertamente al desarrollo de la tendencia marxista. Las luchas más importantes, y más conocidas, como lo señala Lenin en el artículo que estamos comentando, fueron  contra las tendencias acaudilladas por José Proudhon, Fernando Lasalle, Mijaíl Bakunin y Eugenio Duhring, cuatro  tendencias que en diferentes momentos fueron  parte del movimiento socialista europeo, pero  ajenas a la tendencia marxista  que se estaba desarrollando y tomando forma definida. Además de esas cuatro luchas principales, que en su tiempo fueron las más destacadas, Marx y Engels también tuvieron que confrontar contra la oposición de Guillermo Weitling uno de los teóricos del comunismo igualitario utópico, contra Augusto Willich líder de la fracción sectaria aventurera separada de la Liga Comunista, contra la tendencia de Luis Blanc,  y contra otros más, que en este momento sería muy largo enumerar.   

Como ya hemos dicho, la primera lucha, desarrollada  dentro del movimiento hegeliano de izquierda, que hemos mencionado más arriba,   fue una lucha fuera, al margen,  del movimiento socialista, mientras que las  cuatro luchas principales que acabamos de señalar fueron luchas dentro, en el seno,   del movimiento obrero socialista europeo.  Pero a ninguna de esas tendencias  se les calificó en su momento, ni se les puede calificar ahora, de revisionistas. Por la razón muy simple, que ninguna de ellas nunca adhirieron al marxismo, ni tampoco revisaron el marxismo, es decir no fueron luchas dentro de la tendencia marxista.

Es conocido que la tendencia de Lasalle fue una tendencia reformista desarrollada dentro del movimiento socialista alemán, pero no fue una tendencia revisionista que se hubiera desarrollado dentro de la tendencia marxista.  No podemos confundir “reformismo no marxista” dentro del movimiento socialista del tipo de la desviación de Lasalle, con “revisionismo” dentro del movimiento marxista del tipo de la desviación de Bernstein, como veremos más adelante. 

Además de esas cuatro grandes luchas, y de esas otras luchas menores, desplegadas  dentro del movimiento socialista alemán y del movimiento socialista europeo, Marx y Engels desplegaron otro tipo de  críticas, más puntuales, a algunos de sus compañeros del movimiento obrero socialista que recién comenzaban a adherir a la tendencia marxista, y  por lo cual tenían un conocimiento muy limitado del mismo. Tales son los casos de las críticas a algunos de  los militantes  del Partido Obrero Socialdemócrata Alemán como  Guillermo LiebknechtGuillermo BrackeAugusto Bebel, y otros más, que en algún momento fueron  influenciados temporal y parcialmente por las ideas y propuestas de los seguidores de Lasalle  y de Duhring. Las diferencias tácticas y teóricas de los tres mencionados (Liebknecht, Bracke y Bebel) con Marx y Engels si fueron diferencias dentro de la tendencia  marxista. Pero esos tres destacados compañeros de Marx y Engels no combatieron el marxismo, ni llegaron a desarrollar una tendencia revisionista, sino simples diferencias menores, que además fueron diferencias temporales, y superadas aplicando  la persuasión y no el combate.  

En síntesis, en los primeros cincuenta años (1845-1895), durante la gestión de las dos primeras generaciones del movimiento socialista internacional se desarrollaron varias tendencias dentro del movimiento socialista (que para ser más precisos, hay que señalar que en ese tiempo todavía no tenía alcance mundial, y se reducía al movimiento socialista europeo),  pero ninguna de esas tendencias pre-marxistas puede ser considerada revisionista, y por lo tanto sería un grave error nuestro afirmar que Marx y Engels “siempre fueron unos cruzados en la lucha contra el revisionismo”. Por el contrario, podemos concluir que Marx y Engels destacaron y se desarrollaron como grandes revisionistas de lo más avanzado del pensamiento de su tiempo.

Marx y Engels revisaron, renovaron y continuaron  la Filosofía Clásica alemana cuyos máximos representantes habían sido Kant y Hegel; revisaron, renovaron y continuaron la Economía Política inglesa cuyos máximos representantes habían sido Adam Smith y David Ricardo;  revisaron, renovaron y continuaron el Socialismo francés, cuyos más destacados representantes  habían sido Carlos Fourier y Enrique Saint-Simon. Al revisar, renovar y continuar lo más avanzado del pensamiento de su tiempo, Marx y Engels se convirtieron en los más grandes revisionistas de toda la historia de la humanidad. (Continuará)         





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