sábado, 27 de septiembre de 2014

LIMA MERECE EN LA ALCALDÍA HONESTIDAD Y TINO DE CAMBIO



Estimados amigos:

Estamos cercanos al 5 de octubre del 20014, en él elegiremos no solo al alcalde provincial de Lima con sus 42 consejos distritales, sino también hace décadas que nuestro voto debería ser por una autoridad de carácter regional, dado que Lima ciudad con sus 42 distritos y con 9 millones de habitantes, con los problemas que con ello trae, necesita una jefatura de mucha fuerza que de orden para poner gobernanza a una mega ciudad donde parece ingobernable.

Yendo más al punto, tenemos 13 candidatos a la alcaldía metropolitana. En general hemos visto sus currículums, experiencias y cargos desempeñados, principalmente en la administración del Estado, sea en el gobierno central o en el mismo mundo municipal.

De estos 13, nos quedamos a lo más 5 estarían capacitados como para ocupar el importante cargo de alcalde de la gran ciudad de Lima. Comenzaremos por comentar de acuerdo a las encuestas que muchas veces resulta no lo último como para señalar ganadores y perdedores; pero, aún así comenzaremos por el primero de la lista.

El señor Luís Castañeda Lossio, abogado titulado en USMP y haber estudiado en PUCP, el chiclayano a parte de abogado, ha sido funcionario de la municipalidad de Lima con la administración del arquitecto Orrego; en este cargo de jefe del EMAPE le conocemos que, no solo se midió por sus cualidades, sino por su militancia en Acción Popular, cargo que continuó con Barrantes y luego con del Castillo. Después se cambia de camiseta, y se pone al servicio del gobierno de Fujimori, y probablemente no siendo ya democrático, no renuncia al cargo de presidente del Seguro Social, ante el golpe del 5 de abril de 1992. Después de algunos años de ese cargo, donde le arrimó al gobierno central la carga de la mayoría de jubilados del sector privado, de la Ley 19990; es decir botó el hueso quedándose con la carnecita del seguro de salud.

Sin mayores comentarios, Castañeda Lossio apareció después postulando a la presidencia de la república, libre de la camiseta política de AP y del fujimorismo. Sin éxito para ser presidente de la república, Luís Castañeda llegó a ser alcalde de Lima, con el apoyo del PPC, unido con ellos arremetió contra la administración del buen alcalde Alberto Andrade. Tuvo dos periodos de alcalde, siempre anduvo con casco de ingeniero para dedicarse a las obras de fierro y cemento, parecía adscrito a los ministerios del gobierno central dedicados a las obras públicas. Como no tenía tiempo, poco le interesó que Lima no era para hacer solamente obras, había en concordancia con las disposiciones constitucionales, establecer el gobierno regional y municipal de Lima. Ello no le significaba voto y prestigio, él y su séquito estaban y estarán preocupados y metiendo todo el cuerpo en “obras y más obras”. Esto de las obras merece consideraciones muy importantes, porque Lima es una mega ciudad, que debe proyectarse a crear un nuevo hábitat al migrante que llega, Lima no puede recibir ni un ciudadano más de residente, así como un automóvil y taxi más; en esas condiciones de alta concentración poblacional, ya nos está faltando agua y luz.

Sobre esto, el candidato Castañeda no nos ha hablado y menos prometido de qué hacer con la mega ciudad de Lima.

La señora Susana Villarán de la Puente, actual alcaldesa, tiene un currículo de trabajo de promotora social y en política está ligada a la izquierda progresista. Ha sido Ministra de la Mujer en el gobierno de la Transición Democrática del Presidente Valentín Paniagua. Es obvio que la señora Villarán siempre fue militante de la democracia, así se le ha visto antes en que el país era gobernado por la autocracia fujimorista. Estuvo en la primera línea de la lucha por acabar no sólo contra la dictadura política, sino por recuperar el país para que sea decente en todos sus aspectos, principalmente, para encarcelar a cientos de funcionarios militares y civiles que medraron durante la dictadura de la mafia y la mentira, y que en síntesis se llevó como botín el dinero del erario del Estado.

La señora Villarán al comienzo de su administración, tal como lo había prometido, se dedicó a estudiar e implementar la organización de Lima ciudad como gobierno regional, ello fue pretexto para que los medios de comunicación del conservadorismo limeño la atacaran, la desprestigiaran desde el primer día que asumió su cargo. Podemos decir que ésta campaña contra la señora Villarán no ha desmayado ni un día por ocuparse de ella, achacándole todo lo que ocurría en la ciudad, y responsabilizandola desde los muertos de Orión y el Chosicano en accidentes de transito hasta la caída del algún gatito de la Catedral de Lima en manos de nuestro cardenal, el que también se sumó como buen conservador a despotricar de la señora Susana Villarán.

Pero lo más grave es que se vio obligada la señora Susana ha abandonar sus primeras acciones por salvar Lima, para embarcarse en programar y realizar a todo trapo obra pública. Se olvidó de las disposiciones que había que dar para que Lima funcionara de acuerdo a lo que la Constitución demandaba, como por ejemplo, la creación necesaria e imprescindible del distrito del Cercado. La insistencia por las obras tuvieron desde el segundo año del gobierno de la señora Villarán su dedicación, Rutas para Lima, Vía Parque Rimac, arreglos de pistas y desvíos en la costa Verde, las escaleras y muros de contención en los asentamientos humanos, han sido obras que se han tenido que realizar vía concesiones con el sector privado, porque cualquier obra de la magnitud señalada se demorarían por los menos 30 años para hacerla, por falta de financiación en inversión en la ciudad de Lima.

Pero, la Villarán, como tiene metido sus ideales progresista de izquierda, y de ser pulcra y decente, construyó en el terreno de Santa Anita el nuevo Mercado Mayorista, enfrentándose a lo comerciantes vitalicios – no trabajadores – del ex mercado de la Parada. El desalojo de éstos le costó ataques y agresiones de todo tipo por parte de los medios de comunicación conservadores, que desinformaban a la población limeña desde el sector A hasta el sector D que eso no era despojo, era justicia con limpieza contra los focos de los virus, la basura y la delincuencia que se había posesionado del mercado de la Parada y sus alrededores.

La señora Villarán también preocupada por los asuntos de Lima, se convirtió en la abanderada del nuevo régimen de transporte y transito, que significó pasar de la explotación de los trabajadores del volante de las combis, sin seguro de salud, por no estar en planillas, por un nuevo sistema de transporte, – no de caos organizado –. Los jefes, caudillos, explotadores y sus clanes de las seudo empresas de transporte que operan en Lima, han sido sus detractores terribles, que se han sumado a la violencia informativa de los diarios que todos conocemos.

Un tercer candidato, Salvador Heresi Chicoma, tiene un currículo pequeño de funcionario y autoridad del Estado, asimismo no ha pasado por ponerse varias camisetas políticas. Inicialmente ha sido del PPC, después ha estado amarradito al inefable Alex Kouri, y ahora último a PPK. Su única referencia es haber sido alcalde del distrito de San Miguel, donde ha ejercido por varios periodos el concejo municipal del mencionado distrito, donde hay en los vecinos discrepancias en cuanto a su quehacer. No hay unanimidad de que ha sido un excelente alcalde. Tampoco tiene mucha preparación como para ser alcalde de Lima, hasta su propaganda es dispersa, por más que lo ayude el congresista impecable y honesto Renzo Reggiardo.

Otro candidato es Enrique Cornejo Ramírez, economista destacado, profesor universitario y ex ministro de Vivienda y Transporte. Sus cualidades profesionales y su indudable entrega al servicio público, tan igual como ejerció académicamente su profesorado y Director de la Escuela de Economía de la Universidad de Lima. Este currículo de presentación revela que el señor Cornejo tiene condiciones para desempeñar el cargo de alcalde metropolitano de Lima. Se le conoce que siempre ha usado una sola camiseta política, como militante sincero del partido Aprista Peruano; sin embargo, debemos resaltar también que en los pocos debates y entrevistas, el señor Cornejo Ramírez está en primera línea, lamentablemente para muchos y pocos, milita en el APRA, y además el jefe de su partido prácticamente lo ha abandonado y desconocido. El economista Cornejo Ramírez ha llevado solemnemente su candidatura, de manera igualmente sacrificada. Como en el Perú no hay partidos ni líderes, si no clanes y caudillos, con una población desconcertada, desinformada, no llega a comprender el hecho que un candidato de la capacidad del señor Cornejo, sea tratado por su propio jefe de esa manera, en que no le da importancia. Se convierte igual que Carlos Roca, que fue lanzado y desembarcado, pero a Cornejo le ha tocado ser el bonzo sacrificado.

Un quinto candidato es el doctor Fernán Altuve Febres, que apareció con mucho entusiasmo, por sus cualidades profesionales y su comportamiento innegable de honestidad, por su militancia católica tradicional, sin embargo, nada de estas cualidades han prendido en una población ignorante, que prefiere a personas con pasta de líderes por los caudillos de malandar, como el inefable Oscar Luís Castañeda Lossio. El señor Altuve tampoco se sabe de su ideología política como militante, fue congresista del grupo del fujimorismo, lo que ha parecido para muchos como algo que le resta popularidad, él por su juventud no puede ser desaparecido de la vida política, merece un lugar y ser miembro de los nuevos partidos que puedan surgir en el futuro.

Para terminar debo manifestar que ser alcalde de Lima requiere de requisitos: capacidad, entrega, dedicado servicio público y honestidad, esto último para los residentes de Lima no es artículo de primera necesidad, porque sin que se le haya dicho al señor Castañeda Lossio que robó haciendo muchas obras, lamentablemente su subconsciente lo delata, porque se defiende aunque no con la vigorosidad que merece, ese heredado lema de la época de Odría, en que se decía para su reelección presidencial: “que robo pero hizo”, “hechos y no palabras”, y “que la democracia no se come”. Estas condiciones son más que necesarias, imprescindibles, hablar de honestidad significa no solo meter la mano al erario municipal, sino a ser cómplice de lo que han hecho con conocimiento de él o sin conocimiento de él, trabajos financieros y de pagos en su anterior gestión, del señor Castañeda, como es el caso repetido de COMUNICORE, y que al final lo va a comprometer con algo más, el lavado de activos, sus amigos que durante décadas lo acompañaron en sus gestiones de EMAPE, en el Seguro Social y en la Municipalidad Metropolitana de Lima.

Con la calidad de estos amigos ¿serán gerentes y directores de Lima Metropolitana? Castañeda a todo esto no responde, y deja a sus bien pagados abogados para que lo excluyan de todo intento de mezclarlo con los delincuentes de la administración anterior, del 2004 al 2010. Ese solo hecho vale más que una reflexión para votar por este señor. Es indubitable que sus consejeros le han dicho que debe postular a la alcaldía de Lima, ganar ésta, y de esa manera los juicios orales futuros lo cogerán como alcalde de Lima, lo cual le da prestigio de autoridad importante, y con sus abogados de la municipalidad lo defenderán de cualquier forma del robo que sufrió la Municipalidad de Lima, cuyos responsables no sólo son los gerentes y directores, sino también quien los dirige. Castañeda Lossio muestra audacia y astucia para librarse de cualquier acusación, más aun sabiendo de la calidad enfermiza – sicótico social – de los residentes de Lima. Ese comportamiento enfermizo no es genético, es adquirido gracias a los medios de comunicación social conservadores de Lima y del Perú, que han sido capaces de crear un constructo mental generalizado, en que por ejemplo, “más vale lo conocido que por conocer” y votan sin mayor sentimiento de culpa, contra cualquier cambio.

Paradójicamente la señora Villarán de la Puente, candidata de los ricos, a pesar de su progresismo de izquierda, siendo alcaldesa, conocida por los residentes de Lima, de manera desinformada y con evidente odio de los propios segmentos A y B de la parte conservadora, la intención de no votar por ella es grande e inmensa. La señora Villarán es honesta y decente, ha hecho una administración no recomendable para ganar votos fáciles. Su alcaldía está muy lejos de los alcaldes de hace 50 años, ella ha querido cambiar suciedad por limpieza (caso de la Parada) y del caos del transporte al orden organizado y humano, donde, se respeta a los más sacrificados, que son los chóferes del transporte público y sus usuarios, que por décadas sufren y que masoquistamente no se dan cuenta de su triste situación y de las soluciones que se buscan a favor de los chóferes y usuarios.

Atentamente,

Fernando Anibal Arce Meza

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