martes, 2 de diciembre de 2014

LOS PARTIDOS NO SON ETERNOS…


https://mail.google.com/mail/images/cleardot.gif


A continuación reenvío la versión revisada y ampliada de la carta que le escribí a Gustavo Pérez Hinojosa el 10 de enero del presente año. Este trabajo de “revisión y ampliación”  de lo escrito y propuesto a comienzos de enero,  me está sirviendo para hacer el balance del desarrollo del presente año, tanto de la validez de las perspectivas teóricas anunciadas en ese momento, como  de lo acertado o equívoco de las propuestas políticas presentadas hace doce meses.

Abrigo la esperanza, que  cada uno de los amigos realmente interesados,  que reciban y lean la copia de esta carta confidencial pero no secreta, ésta les sirva para hacer su propio balance de lo que ellos pensaban a comienzos de este año. Y lo más importante, que les sirva de estímulo para plantearse las previsiones del desarrollo de la lucha social en el año que está por comenzar. La suma y contrastación de las evaluaciones y propuestas personales,  nos servirá para acordar un Plan de Acción Conjunta 2014-2018.

Miguel Ángel Aragón (01 de diciembre 2014)


01 de diciembre (10 de enero) de 2014
Estimado Gustavo Pérez Hinojosa:

Comenzando el año (2014), el día 01 de enero recibí tu breve mensaje y saludo, que trascribo a continuación.  

“El Miércoles, 1 de enero, 2014 6:48:27, g perezhinojosa <gperezhinojosa@gmail.com> escribió:

Miguel, aparte de darte un fuerte abrazo por este Año Nuevo que se inicia quiero decirte que concuerdo con tus apreciaciones acerca de la unidad obrero popular y las lecciones. Pienso que debemos pensar en llevar a cabo Debates sobre esto.
Gustavo”
           
Yo también concuerdo con tu propuesta, la necesidad de llevar a cabo debates sobre estos temas “acerca de la unidad obrero popular y las lecciones”. Me parece que esa es la tarea central del momento. Y para promover y participar en debates serios, ya sean virtuales o presenciales, no necesitamos la autorización ni el permiso de nadie (simplemente nos reunimos, y conversamos libremente).

I

Las cuestiones de la unidad del pueblo y de la unidad de los trabajadores,  no son cuestiones teóricas abstractas, para divagar “horas de horas” encerrados entre cuatro paredes. Son cuestiones cotidianas concretas, eminentemente prácticas,   para ser ejecutadas en acciones conjuntas. Solamente en la acción práctica podremos dilucidar cuál es la propuesta que mejor concuerda  con las actuales necesidades reales del desarrollo del movimiento proletario, y del movimiento del pueblo.

Yo no comparto, y  no soy partícipe de las largas peroratas acerca de la “preparación de la organización” al margen de la acción, ni sobre el “partido de masas e ideas” sin hacer trabajo entre las  masas, ni tampoco sobre la “facción doctrinariamente homogénea” (¿?),  ni sobre  el “partido de clase” al margen de la clase, ni otras peroratas “partidaristas”,  que   sus actuales predicadores  nos las presentan en los últimos años totalmente desligadas de  propuestas concretas de acción entre las masas. Ellos, entre otros, R. García y E. Ibarra,    confunden la acertada propuesta mariateguiana de “partido de MASAS y de ideas” con la equívoca intención de construir un “partido de IDEAS y de masas”, que no es lo mismo. En este caso, el orden de los factores si altera el producto.

Según mi entender, en las condiciones actuales, y específicamente en la Lima del  año 2014 en la cual vivimos, primero es el trabajo de masas, y en la acción conjunta con las masas, se desarrollan “las ideas”, y no a la inversa.

            Muchos siguen repitiendo “por repetir”, como sumisos  carneros “sin teoría revolucionaria no puede haber movimiento revolucionario”. Y pretenden sostenerse en el prestigio de Lenin, para justificar su  errónea actitud teoricista.

Pero ellos no se han tomado el mínimo trabajo de preguntarse, ni siquiera  por un minuto  “¿de dónde surge la alabada teoría revolucionaria?”. Acaso las teorías revolucionarias son  inventos de algunas “mentes geniales”. O por el contrario, toda  teoría revolucionaria surge de las tres formas de práctica social, es decir  “de la lucha por la producción, de la lucha de clases, y de la investigación científica” (revisar Mao Zedong en De donde provienen las ideas correctas)

No se trata de que los pobladores y los trabajadores de Lima (para reducirnos a nuestro caso concreto), concurran a nuestras acostumbradas convocatorias de “cenáculos de elegidos”; sino que nuestra responsabilidad es ir donde están los trabajadores y los pobladores de Lima, escuchar y conocer sus necesidades y problemas concretos. Por un lado aprender de ellos, y por otro lado apoyarlos en sus luchas cotidianas, por más sencillas que, a primera vista, nos puedan parecer.    

II

Para analizar, comentar y debatir estos temas concretos, considero que  no es  necesario agruparse en organizaciones “partidaristas”, y mucho menos en “remedos de partidos”, como los que todavía siguen pululando “por decenas” en los medios intelectuales y estudiantiles limeños.

Las experiencias mundial y peruana, nos enseñan que para hacer trabajo de masas, para participar en la lucha reivindicativa y en la lucha político electoral (y también en la lucha teórica), no siempre es necesario ni obligatorio agruparse en partidos. En la historia encontramos  muchos casos, en diferentes países y en diferentes momentos,  en los cuales los socialistas han desarrollado un amplio trabajo de masas, y un profundo trabajo teórico, sin necesidad de ser militantes “orgánicos” de tal o cual facción partidaria.  

Recordaré  dos ejemplos muy ilustrativos, por mencionar solamente dos casos:

1.- En primer lugar, deberíamos asimilar el estilo de trabajo de Marx y Engels en la Asociación Internacional de los TrabajadoresAIT (1863-1872), que fue una asociación de frente único (Engels la denominó “ejército único”), y no una organización partidaria, y mucho menos “una facción doctrinariamente homogénea” (concepto  que por un lado considero es una reverenda estupidez, algo que nunca ha existido en ningún país en más de 150 años de historia del movimiento socialista mundial; y por otro lado, es una expresión del caudillaje personalista heredado del feudalismo).

Cuando Marx y Engels  participaron en la formación y desarrollo de la AIT, ellos no militaban en ninguna organización partidaria. La recordada Liga Comunista, constituida en 1847, fue auto disuelta cinco años después, en noviembre de 1852, a propuesta de Marx y Engels.  

Entre fines de 1852 y el año 1869, durante cerca de veinte años, Marx y Engels no militaron en ninguna organización partidaria.   Esa decisión, esa gran experiencia, muy pocos la conocen, muy pocos la comentan, y casi nadie la toma en cuenta en su propio accionar político. Cuando Marx, con la colaboración de Engels, desarrolló la parte más sustancial de sus estudios científicos, y escribió  y publicó  Contribución a la Crítica de la Economía Política (1859) y El Capital (1867), ellos no militaban en ninguna organización partidaria. Pero nadie puede dudar que ellos eran “hombres de partido” y “mílites del movimiento socialista” de su tiempo.

Para conocer la orientación cardinal en la Asociación Internacional de los Trabajadores,  recomiendo revisar el Prefacio de Engels a la Edición Alemana de 1890 del Manifiesto Comunista. En ese documento,  está sintetizada en breves palabras la gran experiencia de la AIT, que se puede resumir en pocas palabras “ACCION CONJUNTA y discusión” (que no es lo mismo que “DISCUSIÓN y acción conjunta”).

2.- En segundo lugar, deberíamos asimilar la propia experiencia de Mariátegui y de la primera generación de socialistas peruanos (que activaron en lo fundamental entre 1918 y 1945). Mariátegui y otros compañeros de su generación se orientaron resueltamente al socialismo en el fragor  de las luchas obreras, campesinas y estudiantiles desarrolladas en  los años 1918 y 1919. Recomiendo revisar y comentar el Capítulo V del Primer Tomo de la Biografía de Mariátegui escrita por Guillermo Rouillon, capítulo que debería ser el documento base de estudio y discusión para la próxima conmemoración, en el año 2018,  del Centenario del Movimiento Socialista Peruano.
.
Desde 1918 hasta 1928, durante diez años,  los primeros socialistas proletarios peruanos, con Mariátegui al frente, realizaron intenso trabajo de masas, sin necesidad de militar en ninguna organización partidaria.

Y no solamente no militaron en organizaciones partidarias, sino que,  el propio Mariátegui hasta en dos oportunidades, no aceptó las propuestas de constitución de organizaciones partidarias, que otros proponían.

La primera oportunidad fue  en 1919, cuando César Falcón, Mariátegui, Del Valle, Del Águila, y otros promotores del Comité de Propaganda Socialista,  no aceptaron la propuesta de Luis Ulloa de convertir el Comité de Propaganda en  Partido Socialista (revisar Antecedentes y Desarrollo de la Acción Clasista, en el libro Ideología y Política). Y la segunda oportunidad fue en 1923, cuando César Falcón le reclamó a Mariátegui que “de inmediato se constituya el Partido Comunista del Perú” (revisar carta de C. Falcón a Mariátegui, de setiembre de 1923, en la revista Anuario Mariateguiano).

Me parece que muy pocos se han preguntado, y casi nadie ha comentado, las razones por las cuales Mariátegui no aceptó ni apoyó la propuesta de Ulloa en 1919, y tampoco apoyó la exigencia de Falcón en 1923.

El propio Mariátegui, en 1929, explicó las razones por las cuales ellos no aceptaron constituir el Partido Socialista que apresurada e improvisadamente proponía Ulloa. Las razones fueron tres, y están anotadas en la Tesis Antecedentes y Desarrollo de la Acción Clasista:

1.- Nuestra Época (revista publicada en junio y julio de 1918) no trae un programa socialista, pero aparece como un esfuerzo ideológico y propagandístico en ese sentido;
2.-  El Comité --constituido en noviembre de 1918— (no debe transformarse en partido) debe ser mantenido como Comité de Propaganda y Organización Socialistas, mientras su presencia no tenga arraigo entre las masas;
3.- El periodo (1918) no es propio para la organización socialista.  

Si observamos y analizamos con atención ese comentario de Mariátegui, me parece que de esas tres razones, expuestas por Mariátegui para no transformar el Comité de Propaganda en Partido Socialista, la más importante es la segunda “mientras su presencia no tenga arraigo entre las masas”

En 1923, al poco tiempo de regresar  de Europa, tampoco se cumplían esos tres requisitos, y por eso mismo, Mariátegui no aceptó el reclamo de Falcón de constituir de inmediato el Partido Comunista del Perú (no obstante que ese era un “acuerdo orgánico” aprobado en Italia a comienzos de 1922 por Falcón, Mariátegui, Machiavello y Roe,  y que se mantuvo vigente mientras Mariátegui todavía estuvo en Italia). A su retorno al país, el 18 de marzo de 1923, Mariátegui durante los tres primeros meses, entre marzo y junio de 1923, intentó  fallidamente  aplicar el acuerdo de convocar a la constitución del partido de clase. A mediados de junio de 1923, después de evaluar las condiciones concretas del movimiento, Mariátegui renunció a ese intento,  postergó  esa iniciativa, y comenzó a priorizar el trabajo de fortalecimiento del frente único proletario.

Tuvieron que transcurrir diez años, desde 1918 hasta 1928, para que la presencia de los pocos  socialistas peruanos, que trabajaban con Mariátegui, tuviera “arraigo entre las masas”, y para que los socialistas peruanos pudieran desarrollar el programa socialista. Estos dos requisitos fueron  las condiciones  subjetivas necesarias para  plantearse la necesidad de constituir el partido de clase del proletariado peruano, recién el año 1928.

El tercer requisito, el “periodo propio para la organización socialista” fue una  condición objetiva necesaria, que no existía en 1919 ni en 1923, pero que si comenzaba a tomar forma  en 1928, vísperas de la gran crisis del capitalismo en la mayoría de países del mundo.        

Ahora, yo me pregunto, cuál de las más de cincuenta minúsculas sectas políticas partidarias que todavía pululan en los medios estudiantiles e intelectuales limeños cuenta   con las dos condiciones subjetivas anotadas: “arraigo entre las masas” y “programa”.

Si no cuentan con esos dos requisitos imprescindibles, entonces  ¿con qué derecho se reclaman “organizaciones partidarias”? (esta evaluación debemos de comenzarla tomando en cuenta  en primer lugar los fallidos intentos de “construcción partidaria” impulsados en los últimos años por Ramón García con  el “Colectivo Perú Integral”, en segundo lugar por Eduardo Ibarra con el  “Comité de Reconstitución JCM”, y después, continuar la evaluación  con cada una de las otras cincuenta minúsculas sectas que todavía subsisten en Lima).

Y también me pregunto, alguno de los caudillos personalistas que manipulan a las  más de cincuenta minúsculas sectas limeñas, se ha tomado el trabajo de analizar si “el periodo es propio para la organización socialista”.

Para responder esta pregunta,  regresemos y apelemos nuevamente a la ayuda de la experiencia de Marx y Engels. Debemos de preguntarnos,  porque Marx y Engels  apoyaron la constitución de la Liga Comunista a fines de 1847, en las vísperas de la gran crisis económica capitalista europea de 1848-1849; y lo más importante, porque cinco años después, ellos auto disolvieron el partido comunista  en noviembre de 1852, cuando ya había concluido la gran crisis capitalista europea. ¿Existe alguna relación entre el desarrollo de las crisis capitalistas,  y la necesidad de organizar una máquina de combate para afrontar la lucha, en condiciones de la crisis? o tal vez, lo ocurrido con la Liga Comunista entre 1847 y 1852  ¿fue pura casualidad? 

Y para responder estas preguntas adicionales sobre las decisiones de Marx y Engels,  nuevamente regresemos a la ayuda de Mariátegui.

Yo he llegado a la conclusión  que Marx y Engels auto disolvieron el recordado Partido Comunista, porque “los partidos no son eternos”.  En los años 1847, 1848 y 1849, el Partido Comunista, que dirigían Marx y Engels, era  necesario. Pero a partir de  1852 ya no era necesario.  Así de simple.

Ese gran aporte teórico, aporte trascendental de Mariátegui a la teoría socialista sobre la organización partidaria, fue enunciado en julio de 1918 (en el segundo número de la revista de combate Nuestra Época)  analizando la evolución y perspectivas de los cuatro partidos burgueses que en ese entonces existían en el  país. Considero que si esa tesis de que “los partidos no son eternos” es válida para los partidos burgueses, con mucha mayor razón también es válida para los partidos que se reclaman “revolucionarios”, partidos que se suponen aceptan y aplican las conclusiones fundamentales del método dialéctico.         
 
(Ahora, y entre paréntesis,  entremos al campo de las especulaciones. En primer lugar, supongamos  que Mariátegui hubiera logrado vivir algunos años más. En segundo lugar, supongamos que  entre fines del año 1930 o en el transcurso del año 1931,  se hubiera desarrollado el propuesto Congreso del Partido Socialista del Perú con presencia de Mariátegui, y en ese congreso se hubiera logrado constituir de manera efectiva el Partido Socialista --algo que ya sabemos, nunca ocurrió--. En tercer lugar, supongamos que los socialistas peruanos ya agrupados en el PS del P, hubieran afrontado exitosamente la lucha revolucionaria en los  años 1930 a 1933, y después de la etapa ofensiva,  ellos se hubieran replegado ordenadamente, con las menores bajas en sus filas. Después de esa primera confrontación con la clase dominante ¿qué hubiera ocurrido? ¿Mariátegui hubiera sostenido tercamente la organización partidaria, después de superar los años de crisis revolucionaria?, o tal vez, ¿Mariátegui hubiera optado por proponer, entre 1934 y 1936, “la autodisolución del PS del P”?, siguiendo así, el ejemplo de Marx y Engels de 1852. Todo este largo paréntesis, pensado y dicho está, en el campo de las especulaciones)

III

Tenemos mucho que escribir y comentar sobre experiencias históricas, pero de nada nos serviría conocer al detalle “toda la historia”, si no nos atrevemos a “disparar la flecha al blanco”, aplicando  las grandes enseñanzas de los maestros del proletariado en la acción práctica del presente.

Por mi parte, yo me atrevo a resumir las perspectivas del quinquenio 2013-2018, en muy pocas palabras.

1.- El largo periodo de crecimiento capitalista continuará en los próximos años. Este crecimiento capitalista necesariamente crea condiciones favorables para la lucha reivindicativa de los trabajadores, y de los pobladores en general. La Renta Nacional y las Reservas de Divisas se han  acrecentado enormemente  en los últimos años. Actualmente  existe mucha renta disponible “por redistribuir”. Todo depende de la capacidad del pueblo de ordenar sus demandas, y de que la mayoría entienda  que  “el que no llora, no mama”.

Este es el primer aspecto a tener en cuenta en el presente: El crecimiento capitalista favorece la lucha reivindicativa. (Si el país estuviera en “crisis general”, como afirman sin ningún sustento serio, algunos confundidos analistas como Ramón García,  simplemente no habría condiciones favorables para la lucha reivindicativa, porque como él afirma “no habría nada para repartir”).

2.- La relativa estabilidad de la democracia burguesa peruana,  condiciona y garantiza la realización de elecciones municipales en los años 1914 y  1918. Esta situación,  a su vez, crea condiciones favorables para la participación del pueblo en las elecciones municipales.

Este es el segundo aspecto a tener en cuenta en el presente: La relativa estabilidad política en el Perú, es favorable para el desarrollo de la lucha político electoral, principalmente la lucha político electoral municipal.  (Si el país estuviera en “crisis general”, simplemente no habría condiciones para desarrollar la lucha electoral, y estaríamos obligados a plantearnos seriamente la necesidad de otra forma de lucha superior).

3.- Con la continuidad del crecimiento capitalista, y con la continuidad de la relativa estabilidad de la democracia burguesa, señalados en los dos puntos anteriores, en el presente quinquenio 2013-2018, NO HAY CONDICIONES NECESARIAS, NI FAVORABLES, PARA INICIAR LA LUCHA POLITICA INSURRECCIONAL. Cualquier intento en ese sentido estará condenado al fracaso (por eso debemos de estar alertas contra las provocaciones de los agentes infiltrados de la clase dominante, del tipo  Antauro Humala, o de los cabecillas de las bandas errantes que actúan en el VRAEM, agentes que en cualquier momento intentarán provocar la formación de un grupo aventurero y provocador).

Este es el tercer aspecto a tener en cuenta en el presente: En el presente quinquenio 2013-2018, no hay  condiciones para la lucha insurreccional.

4.- Para la futura (y necesaria, como inevitable) lucha insurreccional, obligatoriamente se necesitará una “máquina de combate” (partido de clase). Pero, para participar en las presentes lucha reivindicativa y lucha político electoral se necesita una “máquina de organización” (frente unido del pueblo).

Este es el cuarto aspecto a tener en cuenta: en el presente no se necesita partido, es más, la mayoría de los partidos “estorban”, entrampan y debilitan la unidad del pueblo.

En el presente quinquenio, 2013-2018, lo que  se necesita es fortalecer el frente unido del pueblo peruano, en sus diferentes niveles y modalidades. Aquí es necesario precisar, no se necesita “crear” un nuevo frente único, uno más a la larga lista de “frentes únicos” ya existente, sino que, lo que se necesita es fortalecer las diversas y variadas bases del frente unido que ya están luchando en diferentes lugares del país.

Entonces, no se trata de si “en principio” estamos o no estamos de acuerdo con la necesidad de la organización y el trabajo partidario, como absurda y deshonestamente  se me pretende acusar, calificándome de “anarquista”, “anti partido”, “rueda suelta”, y otras sandeces más, como deshonestamente lo viene haciendo Ramón García,  sin ningún sustento serio. Mis objeciones a la organización de tipo partidaria en el presente, no son “de principio”, sino resultado del análisis concreto de las necesidades concretas de la realidad presente.

IV

Comparto tu inquietud de llevar debates sobre estos temas. Debates  que en el presente, pueden ser virtuales o presenciales. Debates relacionados con las luchas reivindicativas del pueblo, y con la lucha electoral municipal de octubre de 2014 a corto plazo, y de la lucha electoral municipal de octubre de 2018 a mediano plazo.

(En la presente etapa y partiendo de las condiciones actuales del movimiento, por ahora, a mí no me interesan en lo más mínimo las elecciones generales de 2016. Salvo un viraje sorpresivo de último momento, mi decisión para el 2016 es agitar el Voto Nulo, así lo hice en las elecciones de 1990 --Fujimori vr. Vargas Llosa., en las elecciones del año 2000 –Toledo vr. Fujimori, y en las elecciones de 2011 –Humala vr. Keiko Fujimori--).

Considero que  las Elecciones Municipales de 2018 serán más importantes y más trascendentes que las Generales de 2016. Es más, puedo adelantar, que la participación en las elecciones de 2016, serán motivo de profundización de la división en las filas del pueblo, mientras que, la participación en las elecciones de 2018, puede ser motivo de ampliación y fortalecimiento de la unidad del pueblo.

En el aspecto formal, lo más conveniente es organizar, convocar y desarrollar reuniones consultivas a nivel de barrios, municipios y coordinadoras zonales provisionales, o “eslabones provisionales” como tu sugeriste acertadamente hace más de cinco años.

Lo que se necesitan son  reuniones descentralizadas a nivel de bases, como acertadamente reclamó el historiador Antonio Zapata en un artículo publicado en el diario La República. (Te recomiendo volver a revisar ese artículo publicado en enero de 2014).  Las reuniones centralizadas a nivel provincial (y con mayor razón  a nivel nacional), como ilusoriamente acostumbran los caudillos de la “izquierda” limeña,  necesariamente serán una consecuencia, y no un precedente de las reuniones descentralizadas a nivel de barrios y municipios. Quien no haga trabajo en barrios y municipios, simplemente se auto margina del trabajo efectivo a nivel provincial, y a nivel nacional.     

Por mi parte, estoy intercambiando opiniones y propuestas con algunos amigos y vecinos que viven en la zona sur de Lima, en los municipios de Barranco, Surquillo y Surco, de San Borja, Miraflores y Chorrillos, y en otros municipios próximos, para promover encuentros vecinales consultivos.

Espero contar con tu colaboración. Si tú tienes planes similares, y tienes alguna propuesta avanzada, te agradeceré la compartas con nosotros. Por mi parte,  gustosamente la apoyaré. Felizmente, este año tengo garantizada una  presencia por varios meses en la ciudad. Me esforzaré por aprovechar al máximo mi temporal estadía limeña.

Saludos
Miguel Ángel Aragón 

No hay comentarios: