miércoles, 16 de septiembre de 2015

DEBATE PROGRAMÁTICO (2): PRINCIPIOS PROGRAMÁTICOS DEL PARTIDO SOCIALISTA





EL PROGRAMA COMO MATERIA DE DEBATE

Continuamos la publicación de documentos fundamentales para alimentar el proceso renovador de la política y la organización de la resistencia al capitalismo (en todas sus mascaradas). 

En octubre de 1928 José Carlos Mariátegui elaboró los fundamentos del programa del Partido Socialista del Perú. El debate y aprobación con los agregados correspondientes debería haberse realizado en el Congreso fundacional del Partido. Hecho que hasta la fecha no ha ocurrido.

Hoy, a casi un siglo de la creación heroica de Mariátegui, la disyuntiva capitalismo o socialismo, adquiere renovado ímpetu porque el mayor enemigo del capitalismo es el propio capitalismo. La crisis terminal del capitalismo está volviendo a poner en un primer plano la actualidad del programa que Mariátegui sustentará en 1928.  

El proceso eleccionario en curso presenta una magnífica oportunidad para promover el contraste de los Principios programáticos del Partido Socialista de Mariátegui con las actuales plataformas de lucha de las fuerzas (o fracciones) de la izquierda peruana. Bajo el título: Debate Programático, publicaremos las diversas propuestas programáticas para que nuestros lectores se orienten en el proceso electoral en curso.

Tacna, 16 setiembre 2015
Edgar Bolaños Marín


PRINCIPIOS PROGRAMÁTICOS DEL
PARTIDO SOCIALISTA

El programa debe ser una declaración doctrinal que afirme:

1º- El carácter internacional de la economía contemporánea, que no consiente a ningún país evadirse a las corrientes de transformación surgida de las actuales condiciones de producción.

2°-El carácter internacional del movimiento revolucionario del proletariado. El Partido Socialista adapta su praxis a las circunstancias concretas del país; pero obedece a una amplia visión de clase y las mismas circunstancias nacionales están subordinadas al ritmo de la historia mundial. La revolución de la independencia hace más de un siglo fue un movimiento solidario de todos los pueblos subyugados por España; la revolución socialista es un movimiento mancomunado de todos los pueblos oprimidos por el capitalismo. Si la revolución liberal, nacionalista por sus principios, no pudo ser actuada sin una estrecha unión entre los países sudamericanos, fácil es comprender la ley histórica que, en una época de más acentuada interdependencia y vinculación de las naciones, impone que la revolución social, internacionalista en sus principios, se opere con una coordinación mucho más disciplinada e intensa de los partidos proletarios. El manifiesto de Marx y Engels condensa el primer principio de la revolución proletaria en la frase histórica: “¡Proletarios de todos los países, uníos!".

3º- El agudizamiento de las contradicciones de la economía capitalista. El capitalismo se desarrolla en un pueblo semi-feudal como el nuestro, en instantes en que, llegado a la etapa de los monopolios y del imperialismo, toda la ideología liberal, correspondiente a la etapa de la libre concurrencia, ha cesado de ser válida. El imperialismo no consiente a ninguno de estos pueblos semi coloniales, que explota como mercado de su capital y sus mercaderías y como depósito de materias primas, un programa económico de nacionalización e industrialismo. Los obliga a la especialización, a la monocultura. (Petróleo, cobre, azúcar, algodón, en el Perú). Crisis que se derivan de esta rígida determinación de la producción nacional por factores del mercado mundial capitalista.

4º- El capitalismo se encuentra en su estadio imperialista. Es el capitalismo de los monopolios, del capital financiero, de las guerras imperialistas por el acaparamiento de los mercados y de las fuentes de materias brutas. La praxis del socialismo marxista en este período es la del marxismo-leninismo. El marxismo-leninismo es el método revolucionario de la etapa del imperialismo y de los monopolios. El Partido Socialista del Perú, lo adopta como su método de lucha.

5º- La economía pre-capitalista del Perú republicano que, por la ausencia de una clase burguesa vigorosa y por las condiciones nacionales e internacionales que han determinado el lento avance del país en la vía capitalista, no puede liberarse bajo el régimen burgués, enfeudado a los intereses imperialistas, coludido con la feudalidad gamonalista y clerical, de las taras y rezagos de la feudalidad colonial.

El destino colonial del país reanuda su proceso. La emancipación de la economía del país es posible únicamente por la acción de las masas proletarias, solidarias con la lucha anti-imperialista mundial. Sólo la acción proletaria puede estimular primero y realizar después las tareas de la revolución democrático-burguesa, que el régimen burgués es incompetente para desarrollar y cumplir.

6º- El socialismo encuentra lo mismo en la subsistencia de las comunidades que en las grandes empresas agrícolas, los elementos de una solución socialista de la cuestión agraria, solución que tolerará en parte la explotación de la tierra por los pequeños agricultores ahí donde el yanaconazgo o la pequeña propiedad recomiendan dejar a la gestión individual, en tanto que se avanza en la gestión colectiva de la agricultura, las zonas donde ese género de explotación prevalece. Pero esto, lo mismo que el estímulo que se preste al libre resurgimiento del pueblo indígena, a la manifestación creadora de sus fuerzas y espíritus nativos, no significa en lo absoluto una romántica y anti-histórica tendencia de reconstrucción o resurrección del socialismo incaico, que correspondió a condiciones históricas completamente superadas, y del cual solo quedan, como factor aprovechable dentro de una técnica de producción perfectamente científica, los hábitos de cooperación y socialismo de los campesinos indígenas. El socialismo presupone la técnica, la ciencia, la etapa capitalistas, y no puede importar el menor retroceso en la adquisición de las conquistas de la civilización moderna, sino por el contrario la máxima y metódica aceleración de la incorporación de estas conquistas en la vida nacional.

7º- Sólo el socialismo puede resolver el problema de una educación efectivamente democrática e igualitaria, en virtud de la cual cada miembro de la sociedad reciba toda la instrucción a que su capacidad le dé derecho. El régimen educacional socialista es el único que puede aplicar plena y sistemáticamente los principios de la escuela única, de la escuela del trabajo, de las comunidades escolares, y en general de todos los ideales de la pedagogía revolucionara contemporánea, incompatible con los privilegios de la escuela capitalista, que condena a las clases pobres a la inferioridad cultural y hace de la instrucción superior el monopolio de la riqueza.

8º- Cumplida su etapa democrático-burguesa, la revolución deviene en sus objetivos y en su doctrina revolución proletaria. El partido del proletariado, capacitado por la lucha para el ejercicio del poder y el desarrollo de su propio programa, realiza en esta etapa las tareas de la organización y defensa del orden socialista.

9°- El Partido Socialista del Perú es la vanguardia del proletariado, la fuerza política que asume la tarea de su orientación y dirección en la lucha por la realización de sus ideales de clase.

Anexos al programa se publicarán proyectos de tesis sobre la cuestión indígena, la situación económica, la lucha antiimperialista, que, después del debate de las secciones y de las enmiendas que en su texto introduzca el Comité Central, quedarán definitivamente formuladas en el Primer Congreso del Partido.

Desde el manifiesto, el Partido dirigirá un llamamiento a todos sus adherentes, a las masas trabajadoras, para trabajar por las siguientes reivindicaciones inmediatas:

REIVINDICACIONES INMEDIATAS

Reconocimiento amplio de la libertad de asociación, reunión y prensa obreras.

Reconocimiento del derecho de huelga para todos los trabajadores.

Abolición de la conscripción vial.

Sustitución de la ley de la vagancia por los artículos que consideraban específicamente la cuestión de la vagancia en el anteproyecto del Código Penal puesto en vigor por el Estado, con la sola excepción de esos artículos, incompatibles con el espíritu y el criterio penal de la ley especial.

Establecimiento de los Seguros Sociales y de la Asistencia Social del Estado

Cumplimiento de las leyes de accidentes del trabajo, de protección del trabajo de las mujeres y menores, de la jornada de ocho horas en las faenas de la agricultura

Asimilación del paludismo en los valles de la costa a la condición de enfermedad profesional con las consiguientes responsabilidades de asistencia para el hacendado.

Establecimiento de la jornada de siete horas en las minas y en los trabajos insalubres, peligrosos y nocivos para la salud de los trabajadores.

Obligación de las empresas mineras y petroleras de reconocer a sus trabajadores, de modo permanente y efectivo, todos los derechos que es garantizan las leyes del país.

Aumento de los salarios en la industria, la agricultura, las minas, los transportes marítimos y terrestres y las islas guaneras, en proporción con el costo de la vida y con el derecho de los trabajadores a un tenor de vida más elevado.

Abolición efectiva de todo trabajo forzado o gratuito; y abolición o punición del régimen semi-esclavista en la montaña.

Dotación a las comunidades de tierras de latifundios para la distribución entre sus miembros en proporción suficiente a sus necesidades.

Expropiación, sin indemnización, a favor de las comunidades, de todos los fundos de conventos y congregaciones religiosas.

Derecho de los yanaconas, arrendatarios, etc., que trabajen un terreno más de tres años consecutivos, a obtener la adjudicación definitiva del uso de sus parcelas, mediante anualidades no superiores al 60 por ciento del canon actual de arrendamiento.

Rebaja, al menos en un 50 por ciento de este canon, para todos los que continúen en su condición de aparceros o arrendatarios.

Adjudicación a las cooperativas y a los campesinos pobres de las tierras ganadas al cultivo por las obras agrícolas de irrigación.

Mantenimiento en todas partes, de los derechos reconocidos a los empleados por la ley respectiva. Reglamentación por una comisión paritaria, de los derechos de jubilación, en forma que no implique el menor menoscabo de los establecidos en la ley.

Implantación del salario y sueldo mínimo.

Ratificación de la libertad de cultos y enseñanza religiosa, al menos en los términos del artículo constitucional y consiguiente derogatoria del último decreto contra las escuelas no católicas.

Gratuidad de la enseñanza en todos sus grados.

Estas son las principales reivindicaciones por las cuales el Partido Socialista luchará de inmediato. Todas ellas corresponden a perentorias exigencias de la emancipación material e intelectual de las masas. Todas ellas tienen que ser activamente sostenidas por el proletariado y por los elementos conscientes de la clase media. La libertad del Partido para actuar pública y legalmente, al amparo de la Constitución y de las garantías que ésta acuerda a sus ciudadanos, para crear y difundir sin restricciones su prensa, para realizar sus congresos y debates, es un derecho reivindicado por el acto mismo de fundación pública de esta agrupación. Los grupos estrechamente ligados que se dirigen hoy al pueblo, por medio de este manifiesto, asumen resueltamente, con la conciencia de un deber y una responsabilidad histórica, la misión de defender y propagar sus principios y mantener y acrecentar su organización, a costa de cualquier sacrificio. Y las masas trabajadoras de la ciudad, el campo y las minas y el campesinado indígena, cuyos intereses y aspiraciones representamos en la lucha política, sabrán apropiarse de estas reivindicaciones y de esta doctrina, combatir perseverante y esforzadamente por ellas y encontrar, a través de cada lucha, la vía que conduce a la victoria final del socialismo.

¡Viva la clase obrera del Perú!
¡Viva el proletariado mundial!
¡Viva la revolución social!

NOTA: 

Este esquema de  un Programa del Partido Socialista Peruano fue encargado a José Carlos Mariátegui por el Comité organizador en octubre de 1928. Se reproduce de Apuntes para una Interpretación Marxista de Historia Social del Perú de Ricardo Martínez de la Torre, Tomo II, págs. 398  a 402,  Empresa Editora Peruana S.A., Lima, 1948. Nota de los Editores.

Jueves 18 de setiembre de 2008

Estimados Luís Anamaría y Gustavo Pérez H:

Considero muy acertado y oportuno la divulgación de la propuesta de "Programa del Partido Socialista del Perú" presentada por Mariátegui en la histórica Reunión de Barranco del 07 de octubre de 1928. Ustedes incluyen el punto 09 y las consignas finales, que no aparecen en la versión publicada en el libro "Ideología y Política" de la Colección Obras Completas de José Carlos Mariátegui, con lo cual contribuyen a una importante rectificación histórica.

Igualmente, son muy oportunos y necesarios los reenvíos de los dos comentarios de Ramón García, sobre "Tres experiencias programáticas" y "Programa Socialista". Estos también son "comentarios para comentar", o como diría Mariátegui para ejercer la "crítica de crítica".

Este trabajo de divulgación refleja la continuidad del trabajo de búsqueda e investigación que ustedes vienen realizando, y se inscribe dentro del "espíritu socialista que anima el Aniversario 80", muy diferente a la maniobra confusionista del nacionalismo pequeñoburgués que pretende poner en primer plano el "50 Aniversario" de su "frente-partido estudiantil".

El deslinde fundamental "Capitalismo o Socialismo", ahora asume  la forma "50 Aniversario o Aniversario 80".  

Lo que si resulta preocupante, pero corregible, es que, a escasamente 20 días del "Aniversario 80", entre nosotros todavía no tengamos claro cuál fue el nombre preciso del partido que se constituyó el 07 de octubre de 1928. Ese día se constituyó el "Partido Socialista del Perú", que no es, o no fue,  lo mismo que el "Partido Socialista Peruano"; así como no fue lo mismo el "Partido Comunista del Perú" fundado por Eudocio Ravines el 20 de mayo de 1930, o que el "Partido Comunista Peruano" fundado por Jorge del Prado en coordinación con Ricardo Martínez a fines del primer lustro de la década de 1940.  Muchos investigadores, algunos de ellos muy minuciosos y documentados como el filósofo David Sobrevilla incurren en el mismo error de colocar "PSP" donde Mariátegui escribió "PSdelP". Ustedes se preguntaran, ¿tiene  importancia esta precisión o es diletantismo superficial? Ateniéndonos a criterios prácticos de uso del tiempo disponible, después del 07 de octubre continuaremos con estas precisiones.

Ya que se encuentran en plena labor de investigación y divulgación, les recomiendo que revisen "Principios de Política Agraria Nacional" divulgado por Mariátegui el 1º de julio de 1927, veinte días después de la represión de junio de 1927, "represión que entre otros efectos  tuvo el de promover una revisión de métodos y conceptos y una eliminación de los elementos débiles y desorientados en el movimiento social" (JCM, "Ideología y Política", pág. 104).  Me parece que no debemos de esperar una próxima represión, para decidirnos a impulsar una necesaria "revisión de métodos y conceptos", o "campaña de rectificación" como diría, 15 años después, Mao Zedong.

Reitero mi recomendación de comenzar el estudio y el debate del Programa de Cambio Social, por "los tres pilares" del programa.

Atentamente
Miguel Aragón 


ACTA DE CONSTITUCION

DEL PARTIDO SOCIALISTA DEL PERU
(7 de octubre de 1928)

           Los suscritos declaran constituido un Comité que se propone trabajar, en las masas obreras y campesinas, conforme a los siguientes conceptos:
  La organización de los obreros y campesinos, con carácter netamente clasista, constituye el objeto de nuestro esfuerzo y nuestra propaganda y la base de la lucha contra el imperialismo extranjero y la burguesía nacional.
  Para la defensa de los intereses económicos de los trabajadores de la ciudad y el campo, el Comité impulsará activamente la constitución de sindicatos de fábrica, de hacienda, etc, la federación de estos en sindicatos de industria y su confederación en una central nacional.
  La lucha política exige la creación de un partido de clase, en cuya formación y orientamiento se esforzará tenazmente por hacer prevalecer sus puntos de vista  revolucionarios clasistas. De acuerdo con las condiciones concretas actuales del Perú, el Comité concurrirá a la constitución de un partido socialista, basado en las masas obreras y campesinas organizadas.
  Para precaverse de represiones y persecuciones desmovilizadoras, los sindicatos obreros y campesinos gestionarán su reconocimiento por la Sección del Trabajo. En su estatuto, su declaración de principios se limitará a la afirmación de su carácter clasista y de su deber de contribuir a la fundación y mantenimiento de una confederación general del trabajo.
  La organización sindical y el partido socialista, por cuya formación trabajaremos, aceptarán contingentemente una táctica de frente único o alianza con organizaciones o grupos de la pequeña burguesía, siempre que éstos representen  efectivamente un movimiento de masas y con objetivos y reivindicaciones concretamente determinados.
  El comité procederá a la organización de comités en toda la república y de células en todos los centros de trabajo, con relaciones estrictamente disciplinadas.

Barranco, 7 de octubre de 1928

José Carlos Mariátegui                                 Fernando Borjas
Julio Portocarrero                                         Ricardo Martínez
Bernardo Regman                                        Luciano Castillo
Avelino Navarro                                           Fernando Chávez.
César Hinojosa

(*) La Reunión de Barranco, en la cual se constituyó el Partido Socialista del Perú, se realizó el día domingo 7 de octubre de 1928. Asistieron nueve personas, las mencionadas más arriba.
Los acuerdos a que se llegaron fueron:
  Dejar constituido el grupo organizador del Partido Socialista del Perú
  Se nombró Secretario General a Mariátegui; Secretario Sindical , Portocarrero; Secretario de Propaganda, Martínez; Tesorero, Bernardo Regman. Navarro e Hinojosa fueron agregados a la Secretaría Sindical.
  Se aprobó la siguiente moción del orden del día, redactada por Mariátegui. (Se refiere al Acta transcrita mas arriba)

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