martes, 10 de julio de 2012

¿HIERBA MALA? ¿HIERBA BUENA?


Roberto Villegas Robles
Lima 29-12-95

La berma central de la avenida Villarán había permanecido durante algunos años sin cultivo y sin riego. Naturalmente se llenó de variadas plantas a las que se les suele llamar "hierbas malas". Según las estaciones del año, venían diversas aves; los gorriones y las palomas eran las más asiduas concurrentes a la berma.

Algunos vecinos, sin ponerse de acuerdo, sembraron árboles: ficus, álamos, pinos, palmeras, alguna ponciana real, sauces y una higuera. Lo que llama la atención es un par de pacaes y un saúco, árboles nativos, que generalmente no se siembran en jardines; tal vez han crecido porque algún transeúnte arrojó inadvertidamente una semilla.

Luego de transcurrido unos años, la municipalidad sembró de manera intercalada, tulipanes africanos y jacarandás; recordemos que el jacarandá es maderable, de muy bella veta y se utilizó para hacer muebles en la época colonial; en la actualidad no se usa, se prefiere las maderas que traen de la selva. Sin embargo, el talado es inminente por el tendido de cables eléctricos.

A la siembra de árboles siguió la erradicación de las “hierbas malas” para sembrar lo que suponen "hierbas buenas": grass americano y grass inglés. Ambos se siembran en todos los parques y jardines públicos y particulares de nuestro país. Quien tenga casa con jardín sabrá lo laborioso y costoso que resulta mantener estas plantas, pues consumen bastante agua.

El grass es una planta que trajeron los europeos, adecuada para un clima lluvioso y, sobre todo al de Gran Bretaña, islas que viven con permanente neblina, humedad propicia para esa planta. Pero aquí en nuestra localidad, en donde la sequedad es constante, esa planta sufre mucho y mantenerla viva es costoso, porque costoso es el agua potable, además expulsa un fino polvillo que suele causar alergias y no purifica el aire como los árboles.

Recuerdo que antes de la intervención de los jardineros de la municipalidad en la berma, una humilde vecina anciana se levantaba muy de mañana para cosechar esas "hierbas malas":

El llanten, en emplasto, desinflamante de contusiones.

La sanguinaria usada para controlar la sangre en la menstruación.

El paico, planta alimenticia; el jugo controla la diarrea.

El diente de león, se consume en ensalada. Se dice que regula la irrigación sanguínea. Además, se prepara un insecticida.

La verdolaga, usada en emplasto para curar fiebres.

Y, así, habrían otras “hierbas malas”…

¿Hierbas malas? ¿Hierbas buenas? ¿Cuáles realmente son buenas y cuáles son las malas?. Debido al colonialismo mental impuesto por Europa a un gran sector de la población, solemos tratar despectivamente a las plantas nativas, que desde hace siglos forman parte de la farmacopea popular y que la ignorancia actual suele llamarlas "hierbas malas".

Sería recomendable que en algún pequeño espacio de nuestro jardín o inclusive en macetas tengamos a mano nuestra pequeña farmacia hogareña que más de una vez nos solucionará problemas de salud. Esa herencia cultural, aún es aprovechada por los nativos en nuestro país, sigamos su ejemplo.

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