jueves, 16 de enero de 2014

REFLEXIONES SOBRE LA TEORIA DE LA COMPLEJIDAD


Jorge Antonio Salinas Cerreño

Hoy en día, existe un reto para enfrentar el mundo, las personas y las organizaciones tienen disponibles gran cantidad de información y de conocimientos. El gran problema es ¿Cómo utilizar esta información y conocimientos para tomar decisiones? Muchos adoptan procesos para tomar estas decisiones basados esencialmente en su propio criterio formado por su experiencia personal, es decir, en forma totalmente empírica; otros tantos adoptan metodologías dadas por expertos profesionales en base a modelos teóricos, procesamiento de información  e inclusive simulaciones, recreando escenarios, donde se evalúa el impacto de la decisión y sus posibles consecuencias. Seguramente la mayor parte de los ejecutivos adoptan formas intermedias para la toma de decisiones combinando ambos aspectos.
Evidentemente, las decisiones estratégicas están marcadas por:
  • ·         La velocidad en que se requieren que se tomen,
  • ·         El nivel de riesgo asumido y
  • ·         La disponibilidad de recursos para procesar información y conocimientos.

Ante estas circunstancias, podemos plantearnos una nueva pregunta: ¿Es cada vez más difícil tomar decisiones en un mundo tan complejo? Para poder absolver esta interrogante primero tendríamos que definir ¿Qué es complejidad? A nuestro entender, lo complejo es lo intrincado, lo difícil, es aquella situación que esta enmarañada de una serie de factores y elementos que están interactuando entre sí, es lo que requiere gran cantidad de esfuerzo y concentración para entender sus mecanismos de funcionamiento y hasta donde sea posible controlar o manejar sus componentes (o por los menos los más importantes). Lo  opuesto a lo complejo es lo sencillo, lo fácil, lo controlable sin mayor esfuerzo.
Entonces cabría preguntarse sobre la existencia de la complejidad, ¿realmente existe lo complejo? ¿Es el ser humano el que crea la complejidad? Podemos señalar que consideramos que sí existe la complejidad. En realidad todo es complejo y todo es cambiante. El ser humano es quién muchas veces delimita las variables a intervenir y efectúa razonamientos simplificados para plantear soluciones aparentes a fin de resolver los problemas que se le presentan en su camino. Entonces ¿el mundo es cada vez más complejo?, consideramos que no lo es, simplemente es diferente. Existen otros elementos que aparecen y algunos que van desapareciendo, es como la vida, que de alguna manera se regenera. Por ejemplo, en el cálculo matemático, inicialmente solo usábamos nuestra mente, en otro tiempo se recurría a elementos simples de apoyo como varillas de cálculo, ábacos, Quipus, reglas de cálculo, etc.; luego se crean las calculadoras y computadoras, He ahí la paradoja de la complejidad de las matemáticas. ¡No por tener herramientas más sofisticadas y potentes el cálculo va a ser más simple o complejo¡
En el mundo de hoy, tenemos la posibilidad de manejar más variables y, por  tanto, elevar nuestras potencialidades; asimismo, podemos efectuar procesos en menor tiempo cada vez más simples y cómodos. Todo gracias a la tecnología. Lamentablemente como consecuencia de esa dinámica, somos cada vez más agresivos  con el uso de los recursos naturales, al punto de poner en riesgo el equilibrio biológico  y la existencia de algunas especies.
Para acercarnos a una teoría de la complejidad tendríamos que auxiliarnos de algunos elementos:
  • ü  En primer lugar tendríamos que definir el campo de actuación (ver FIGURA 1), allí podríamos utilizar el enfoque estructuralista o el enfoque de sistemas, aquí definimos el todo, las partes, si el sistema es abierto o cerrado y cuáles son sus límites.
  • ü  En segundo lugar pasaríamos al análisis del campo, la descripción de sus elementos, sus potencialidades y sus grados de interacción entre ellos y su influencia en el sistema.
  • ü  Luego pasaríamos a establecer las interacciones y potencialidades con los agentes externos o del entorno inmediato.
  • ü  Luego planeamos como controlar e influir en el sistema orientándolo hacia donde queremos que vaya.

 

  
FIGURA 1: Campo sistémico complejo donde los elementos efectúan interacciones.
Fuente. Elaboración propia

Por lo menos para intentar realizar una gestión en condiciones de complejidad debemos tener en cuenta, los elementos señalados anteriormente, entendiendo que la complejidad aumenta si se dan los siguientes supuestos:
  • ·         Si la cantidad de elementos es mayor entonces el sistema es más complejo.
  • ·         Si las interacciones entre los elementos tienen mayor magnitud e impacto entonces el sistema es más complejo
  • ·         Si la incertidumbre y el caos o entropía del sistema aumenta, la complejidad aumenta.


Podemos concluir señalando lo siguiente: trabajar en complejidad paradójicamente no es complejo, sino que solo es diferente, la clave está en saber utilizar los métodos y herramientas conceptuales e intelectuales que nos permitan ver la realidad y prospectar el futuro.

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