jueves, 22 de enero de 2015

ACERCA DEL ANIVERSARIO 86 DE LA REUNION DE BARRANCO




(Primera parte)
(22 de enero de 2015)
Por Miguel Aragón

“El modo más leal de informarlo a este respecto,
para que no se encuentre Ud desorientado
 ante rumores confusos,
me parece que es el de documentarlo.
Ud interrogará a los documentos y
buscará en ellos la respuesta a cada cuestión”.
(José Carlos Mariátegui, en carta del 19 de octubre de 1928)

Desde hace varias semanas atrás, más precisamente desde octubre pasado, yo tenía pendiente enviar estas rápidas líneas,  comentando algunas  opiniones divulgadas en la primera quincena de ese mes.

En esa oportunidad se divulgaron varios pronunciamientos alusivos a la importancia y trascendencia de la Reunión de Barranco del 7 de octubre de 1928. Observé que nuevamente   incurrieron en el viejo estilo  de quedarse en la repetición de  manoseados  lugares comunes,  sin esforzarse por aportar  elementos nuevos de investigación y análisis de los hechos. A continuación paso a criticar dos de los errores más comunes.  

LA FUNDACION DEL PARTIDO COMUNISTA DEL PERÚ FUE DIRIGIDA POR EUDOCIO RABINES 

En primer lugar observamos los casos de los dirigentes del Partido Comunista Peruano (PCP) y del Partido Comunista del Perú – Patria Roja (PC del P-PR). Ellos  volvieron a repetir las mismas afirmaciones que se vienen repitiendo desde hace varias décadas, las cuales  desde los años ’40 hasta comienzos de los ’80,  se aceptaban  “sin dudas ni murmuraciones”. Según ellos “el día 7 de octubre de 1928, José Carlos Mariátegui dirigió la constitución   del Partido Comunista en el Perú”.

Afirmación que,   desde hace varias décadas atrás  sabemos que es una grosera tergiversación de los hechos realmente ocurridos  en la política peruana. Ahora es ampliamente conocido, y está debidamente documentado, que el Partido Comunista del Perú, Sección Peruana de la Internacional Comunista, fue un partido constituido en la Reunión de Chosica del 20 de mayo de 1930,  reunión dirigida por Eudocio Rabines. Para esa fecha, Mariátegui ya había fallecido dos meses antes. 

A partir de esa Reunión de Chosica,  los militantes del PC del P dirigidos por Rabines,  aprobaron conceptos  teóricos,  propuestas  políticas y  estilos de trabajo, completamente  diferentes a los propuestos en su oportunidad por José Carlos Mariátegui. Ese día no ocurrió  un simple “cambio de nombre” del partido, de “socialista” a “comunista”,  como siguen afirmando algunos confundidos analistas, sino que ese día ocurrió la formación de un partido político completamente diferente y contrapuesto  en lo sustancial a la propuesta teórica, política y organizativa de Mariátegui.

Actualmente ya no cabe duda alguna al respecto, basta comparar y contrastar “punto por punto”, la teoría y la práctica desarrolladas en los tiempos de predominio de la línea impuesta por Rabines, con la teoría y la práctica desarrolladas en los tiempos que predominó la línea orientada  por  Mariátegui.

EN LA REUNIÓN DE BARRANCO NO SE CONSTITUYÓ EL PARTIDO SOCIALISTA DEL PERÚ 

En segundo lugar, también observamos que como resultado de  las nuevas investigaciones realizadas durante la década de 1980, se replanteó la anterior afirmación. Así, a mediados de esa  década  se llegó a la acertada conclusión que en la Reunión de Barranco “no se constituyó el Partido Comunista del Perú”, lo cual, para ese momento,  ya era un gran avance. En su remplazo se elaboró la hipótesis  de que en la  Reunión de Barranco del 7 de octubre  de 1928  “Mariátegui dirigió la fundación del Partido Socialista del Perú”. Desde entonces,  un  significativo sector del amplio movimiento socialista peruano, entre los cuales me incluyo, hemos  venido divulgando esta nueva afirmación, la cual con el tiempo se está comprobando  que también  adolece de errores.

Ahora podemos verificar  que  esta nueva conclusión válida para los años ’80,  también se ha convertido en un nuevo lugar común, que año a año se viene repitiendo  sin aportar nuevos elementos de investigación que sustenten la validez de esa apresurada afirmación.

Como resultado de una nueva relectura, ordenada y profunda,   del libro Correspondencia de Mariátegui (publicado en diciembre de 1984),  de las cartas adicionales incluidas en los once números de la revista Anuario Mariateguiano  (publicados entre los años 1989 y 1999), del libro Escritos de José Carlos Mariátegui 1928 (publicado el año 2009), así como del Tomo II del libro Apuntes para una Interpretación marxista de  Historia Social del Perú de Ricardo Martínez de la Torre, y otros textos adicionales,  en los últimos años estamos   llegando  a nuevas conclusiones, diferentes a las dos anteriormente anotadas. Tengo que reconocer que el largo debate sostenido durante el decenio 2003-2013, con el caudillaje personalista  promovido por  algunos defensores a ultranza de la superada tendencia “partidarista”, ha influido positivamente en esta búsqueda que nos aproxima más a la verdad.

Ahora podemos  afirmar contundentemente, que el 7 de octubre de 1928 no se constituyó el Partido Socialista del Perú.

Entre los que insisten y reivindican la segunda posición  que estoy criticando, hay que destacar la opinión de Manuel Velásquez, quien  en el primer párrafo de su artículo “Aniversario 86” publicado el 7 de octubre pasado, afirmó lo siguiente:

“Hace 86 años se fundó el Partido Socialista del Perú. Su gestor fue José Carlos Mariátegui La Chira y la Primera Generación del Socialismo Peruano. Este partido revolucionario sólo tuvo dos años de existencia, pues en mayo de 1930, el traidor Eudocio Rabines daba vida al Partido Comunista en el Perú. Este partido, ajeno en la teoría y en la práctica al constituido por el Amauta, sin embargo, usufructuó y dilapidó todo el esfuerzo de organización que demandó la construcción del partido proletario”.

Después de la primera lectura del artículo de Velásquez, me propuse escribirle comentando su reiterada como equívoca afirmación,  incluso me fije como límite  hacerlo “antes de fin de año”. No pude hacerlo en su momento, por múltiples  preocupaciones que demandaron mi atención,    ante hechos que brotaron del convulso escenario mundial y del acontecer en el escenario peruano. En particular,  el seguimiento a las informaciones sobre “la  evolución y las perspectivas de la construcción del socialismo en Cuba”, y el seguimiento y comentario de las amplias movilizaciones de  masas  “por el Derecho al Trabajo Digno”  que se están desarrollando desde el mes de diciembre hasta el presente, en Lima y en todo el país. Estos son dos temas de palpitante actualidad, sobre los cuales tengo anotadas y avanzadas algunas páginas en borrador.

Para poder continuar en mis tareas del presente año, sin dejar más deudas teóricas y políticas pendientes, me parece que lo más conveniente es exponer, de la manera más breve posible, el comentario  que anoto a continuación (continuará)

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