jueves, 8 de enero de 2015

¿ES LA FILOSOFÍA LITERATURA CONCEPTUAL?





miércoles, 7 de enero de 2015

Respondo de modo crítico al artículo de Javier Goma Lanzón publicado en Babelia el 3 de enero de 2015 bajo el título  “Filosofía como literatura conceptual”.

La ciencia proviene de la filosofía. Y cuando la ciencia se independizó por completo de la filosofía, ésta cayó en bancarrota.  A partir de ese momento el único objeto que le quedaba a la filosofía como objeto específico de estudio era el pensamiento. Pero resulta que el pensamiento es también objeto de la psicología del conocimiento y de la lógica formal. De manera que la filosofía no tiene por entero al pensamiento como objeto suyo.


El concepto está presente en toda actividad donde haya lenguaje. La poesía también contiene conceptos. Borges es uno de sus grandes ejemplos. Así que no ganamos mucho cuando afirmamos que la filosofía es literatura conceptual. Tampoco avanzamos mucho cuando afirmamos que la filosofía se ocupa del ser en general y no de los entes particulares. Porque la reflexión sobre el ser en general es muy especulativa o poco útil. Diferente situación epistemológica se daría si hacemos como Aristóteles y estudiamos los distintos modos del ser y del pensamiento. Sí ganamos mucho cuando afirmamos que los filósofos no saben qué hacer o no saben dónde ubicarse. También gamos mucho si afirmamos que el neopositivismo ha impedido la independencia de la filosofía respecto de las ciencias naturales.


¿Todos los objetos del mundo, todos los seres que son objetos de la percepción, son objetos de las ciencias naturales? Pues no.  ¿Abarcan las ciencias naturales todos los aspectos de los seres que son objetos de sus representaciones y conceptos? Igualmente no. Luego hay una región amplia del mundo, aspectos de los seres y modalidades del ser, que no siendo objetos de momento de la ciencia pueden serlo de la filosofía. Mis Reflexiones sobre semiótica  y Los modos de ocultación, trabajos que pueden leerse en mi blog,   son dos teorizaciones conceptuales hechas desde la filosofía; y tal vez en un futuro los seres y determinaciones que he hecho objeto de mis reflexiones filosóficas se vuelvan objetos de una ciencia nueva o de una rama nueva de  una ciencia ya constituida.


Si bien las ciencias naturales andan muy liberadas de las ataduras de la filosofía, no sucede lo mismo con las ciencias sociales. Tal vez ciencias como la lingüística o la psicología no pueden llegar a existir nunca con plena independencia de la filosofía. Allí donde nos tropezamos con el pensamiento, dada su enorme complejidad  y que ninguna ciencia puede abarcarla por completo, se hace necesaria la presencia de la filosofía. Fenómenos como las crisis económicas, la extrema pobreza y las luchas políticas necesitan de la reflexión filosófica. Y la necesitan porque en esos ámbitos del saber y de la experiencia el ser humano ocupa el centro. No hay por lo demás saber equiparable a la filosofía que pueda estudiar los seres en su integridad. Y el ser humano necesita más que ningún otro ente ser estudiado en su integridad. Así que la filosofía sigue siendo de momento un saber necesario y socialmente útil. Cosa distinta es que los filósofos no estén a la altura de los tiempos o que las universidades no hayan permitido el florecimiento de una filosofía liberada de la ciencia.




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