jueves, 2 de abril de 2015

MARIÁTEGUI, ARGUEDAS Y FLORES GALINDO



José Carlos Mariátegui, José María Arguedas y Alberto Flores Galindo.
Paralelos históricos. A los tres los tergiversaron más póstumamente que en tiempo real.

Por Gran Combo club - Publicado el 26-03-2012

A Tito, extrañando haberlo conocido alguito más.

Tres debates del siglo pasado que considero emblemáticos, fundadores y en los que veo una clara continuidad: en los veintes el debate de las tesis de José Carlos Mariátegui en la reunión de la Internacional Comunista en Buenos Aires, en los sesentas el debate de la novela de José María Arguedas “Todas las sangres” en el Instituto de Estudios Peruanos, y en los ochentas el debate de Alberto Flores Galindo sobre “la Utopía Andina” con los “zorros” y diversos detractores. Hay claros paralelos entre estos tres hombres y entre estos tres debates. Los tres son acalorados, participan contendores hábiles e inteligentes y tienen varios puntos en común. Mariátegui debate con la Internacional, pero también forma parte de ella; Arguedas debate con el IEP, pero también forma parte de éste, Flores Galindo debate con los intelectuales “zorros”, pero todos forman parte de la “nueva izquierda” de los sesentas y setentas. Los tres debates se inician con sus protagonistas en vida, pero adquieren mayor trascendencia en los años y décadas siguientes, con sus principales protagonistas fallecidos. 

Mariátegui, Arguedas y Flores Galindo creen en el estado peruano, no en la autodeterminación de los pueblos indígenas, pero se centran en aspectos diferentes: Mariátegui en la propiedad de la tierra, Arguedas en la cultura andina y Flores Galindo en la utopía andina. Los tres en su momento ponen el dedo en la llaga en una sociedad que no quiere reconocer la opresión que sufría la mayoría indígena. Según los tres el capitalismo en el Perú no saca a las mayorías indígenas de la opresión que habían sufrido históricamente. La modernidad leguiísta esconde la supervivencia de un mundo de opresión terrateniente sobre los yanaconas. La modernidad belaundista esconde la supervivencia de un mundo de castas en que los “indios” seguían siendo despojados, explotados y humillados. La modernidad post-velasquista esconde la supervivencia de un mundo andino rebelde, potencialmente revolucionario.

A los tres los tergiversan, más que en tiempo real, cuando ya han fallecido. A Mariátegui, más que Vittorio Codovilla en Buenos Aires, años después Eudocio Ravínes lo declara “no proletario” y “no leninista” (“El mariateguismo es una confusión de ideas de las más diversas fuentes”, 1933) y luego el historiador soviético V. M. Miroshevsky en 1942 lo caracteriza como narodnik, un “populista” a la rusa.1 A Arguedas, más que en la mesa redonda del IEP, años después Mario Vargas Llosa en la “Utopía Arcaica” le atribuye que el mundo que dibuja en sus novelas es una ficción, producto más de los traumas de Arguedas que de una real explotación de los “indios” a manos de los terratenientes, ver 1995: El doble rasero de Mario Vargas. A Flores Galindo, más que en tiempo real, años después en diversos entornos lo presentan como un pro-senderista y sugieren que éste habría identificado a Sendero Luminoso con la realización de la “utopía andina”, ver La polémica Flores-Degregori (libios contra zorros). Nada más equivocado e injusto.

Los tres, Mariátegui, Arguedas y Flores, siguen un proceso de radicalización, en direcciones similares: Mariátegui desde su “Edad de Piedra” hacia la Internacional Comunista, Arguedas y Flores hacia su explícito apoyo y vinculación con Cuba y su rechazo al imperialismo estadounidense. Mariátegui escribe el ensayo “El problema de las razas en América Latina” a solicitud de Codovilla, ver Pueblos originarios e izquierdas originarias. Arguedas es jurado del premio “Casa de las Américas” en 1968 en el género novela, aquí.2 Flores Galindo gana el premio “Casa de la Américas” en 1986 en la categoría de “Ensayo Histórico Social” con “Buscando un Inca: identidad y utopía en los Andes”. En la época de la guerra fría y cuando varios intelectuales (ex)izquierdistas peruanos se orientaban más hacia la órbita de USAID, estos acercamientos, estar dispuesto a ser jurado o participar de un concurso de ensayo en Cuba, constituían una gran definición política.

Los tres son enterrados con sus seguidores cantando “La Internacional”. El cortejo fúnebre de José Carlos Mariátegui llega desde Jirón Washingon a Paseo Colón. Sin importar cualquier desaveniencia ocurrida en Buenos Aires, la muchedumbre que lleva banderas rojas en forma espontánea canta La Internacional. En el entierro de José María Arguedas, quien más que marxista era simpatizante de la antropología estadounidense, suenan notas de violín, arpa y quena, le cantan un jarawi, y luego cientos de estudiantes que portan banderas de Cuba y Vietnam cantan La Internacional. Los amigos y seguidores del recién fallecido Alberto Flores Galindo le rinden homenaje en la Casona de San Marcos. Sin importar que la ardiente pluma de Flores Galindo fuera tan crítica y mordaz con la organización comunista, ¿qué le cantan? Nada menos que La Internacional.

Creo que en nuestra historia difícilmente encontraremos paralelos tan claros como los existentes entre estos tres grandes peruanos.

A. Un paralelo adicional en estos tres peruanos es que los tres murieron cuando había un cambio de época. Mariátegui murió en los años finales del leguiismo. No llegó a ver lo que ocurriría en el país con Sánchez Cerro y la mayor represión de las dictaduras oligárquicas que le siguieron. Arguedas murió a comienzos del velasquismo. No llegó a ver las reformas antioligárquicas de ese gobierno. Flores Galindo murió a finales del primer alanismo. No llegó a ver la recuperación del poder oligárquico hecha por el fujimorismo. En realidad, de diferente manera, por afirmación o negación, los tres contribuyeron al advenimiento de una nueva época, que no alcanzaron a ver.

P.S. Hace dos años, en Pascuas y Flores, me ocupé del paralelo existente entre Alberto Flores Galindo e Isaac Deutscher, ambos nada prestos a desengaños y creyentes “en las posibilidades del socialismo de depurarse y ofrecer algo mucho mejor que las dictaduras allende la cortina de hierro”. A 22 años de la muerte del historiador peruano van estas líneas de homenaje.

  1. Como señalé en Izquierdas racistas
Una vez en una entrevista televisada le preguntaron a Sandro Mariátegui cómo así su padre era un comunista tan emblemático y él en cambio era un alto dirigente populista. El entrevistado replicó que su padre según los propios comunistas en realidad era un “populista” (1) y que efectivamente, él (Sandro) veía mucha coincidencia entre el “Peruanicemos

No hay comentarios: