viernes, 22 de mayo de 2015

VISIÓN DE UNA ECONOMÍA POST-CAPITALISTA




Traducido por Stacco Troncoso, editado por María Rodríguez

El fundador de la Fundación P2P, Michel Bauwens, ha grabado cuatro vídeos cortos en los que explica el pionero proyecto de investigación “FLOK Society“, desarrollado en Ecuador. FLOK significa “Free, Libre, Open Knowledge” (Conocimiento Libre y Abierto) y FLOK Society es un proyecto financiado por el gobierno de Ecuador para conceptualizar una transición estratégica del país hacia una economía post-capitalista funcional basada en el conocimiento. Como director de investigación del proyecto, Michel está investigando junto a su equipo, los retos prácticos de convertir la producción entre pares orientada al procomún en una realidad factible y generalizada en el contexto de la política y la legislación nacional.

Los cuatro vídeos –con una duración de entre cuatro y seis minutos cada uno– son un modelo de concisión. A continuación, resumiré el contenido de cada uno lo que espero os anime a verlos todos (podéis acceder a ellos a través de los enlaces insertados en los títulos).

Primera parte: FLOK Society

Bauwens destaca la importancia de que esta sea “la primera vez en la historia de la humanidad en la que un estado-nación solicita una propuesta de transición hacia una economía P2P”. Nos anima a ser conscientes de que “por cada actividad humana, existe un procomún de conocimiento que puede ser accesible a cada ciudadano, empresa, y funcionario público”. Este sistema de información abierta y compartible tiene poco que ver con el paradigma del conocimiento privativo, sólo accesible para quien se pueda permitir pagar el precio de la información registrada y patentada. El nuevo sistema podría adaptarse a la educación, a la ciencia, a la investigación médica y al entorno cívico, entre otros ámbitos.

El proyecto FLOK Society trabaja activamente en la búsqueda de lo que denomina “mecanismos de alimentación” que facilitan y empoderan la producción entre pares orientada al procomún. En lo que a educación abierta se refiere, los libros de texto y los recursos educativos abiertos ayudarían a las personas a introducirse en este sistema alternativo. Aun así, existen una serie de condicionantes materiales e inmateriales a tener en cuenta.

El hardware propietario es un ejemplo de condicionante material. Si los sistemas propietarios existentes fueran reemplazados por sistemas abiertos, cada usuario se gastaría una octava parte de lo que paga de media hoy en día. Dicho de otro modo, la cantidad de estudiantes que hoy pueden participar en la creación y divulgación de conocimiento, sería ocho veces mayor, explica Bauwens, algo que, ya de por sí, aportaría tremendos beneficios. En cuanto a los “condicionantes inmateriales” estaríamos hablando de la necesidad de innovaciones como la “certificación abierta” para reconocer las habilidades de aquellos que se forman en la periferia de las instituciones educativas tradicionales, como es el caso de las comunidades de hackers.


Segunda parte: Conocimiento tradicional

La protección de los beneficios que surgen de un conocimiento compartido suscita una serie de retos específicos para las sociedades tradicionales. Estas comunidades han compartido su conocimiento internamente durante generaciones pero, en las últimas décadas, las corporaciones multinacionales se han apropiado de este conocimiento, evadiendo cualquier tipo de compensación, para producir semillas patentadas y otros productos propietarios. No es de extrañar pues que las comunidades tradicionales e indígenas se muestren escépticas ante la idea de una “economía colaborativa”. La llevan practicando desde tiempos inmemoriales y su puesta en práctica presenta tremendas vulnerabilidades ante los fraudes de los agentes del mercado (“bio -piratería”).

Como solución, Bauwens propone que las comunidades adopten “licencias basadas en la reciprocidad” para crear “entidades de mercado éticas” dedicadas al bienestar de la propia comunidad y bajo sus propias condiciones. “La licencia de producción entre pares”, dice Bauwens “es un tipo de licencia que sólo permite a cooperativas, entidades sin ánimo de lucro, y agentes relacionados con el procomún, el acceso y la utilización del material licenciado”. Estas licencias prohibirían la capitalización del procomún por parte de entidades comerciales sin una reciprocidad explícita.


Tercera parte: Sistemas de creación de valor

Bauwens describe distintos tipos de “sistemas de creación de valor” para producir y distribuir riqueza. El modelo dominante de nuestra época es el que Bauwens llama el “capitalismo cognitivo”, en el que se obtienen plusvalías de una propiedad intelectual controlada por grandes empresas que venden sus productos con grandes márgenes de beneficio. Sólo una quinta parte de la capitalización de las grandes empresas consiste en valores materiales identificables, el resto son valores especulativos. Esto significa que hay una gran cantidad de “valor ausente” o de dimensión intangible. Y gran parte de él, explica Bauwens, procede claramente de la cooperación social que implica la creación de valor.

El “capitalismo netárquico” es otro de los sistemas de creación de valor descritos por Bauwens; se trata de la jerarquía de las redes abiertas utilizadas por capitalistas. Facebook es el principal ejemplo. Su enorme valor en bolsa proviene de una comunidad de usuarios cuya auto-organización y afán de compartir crea un “capital de atención” que Facebook después vende al sector publicitario. “Vemos un crecimiento exponencial del valor de uso generado por los propios usuarios”, dice Bauwens, “pero su monetización es dominio exclusivo de grandes plataformas privadas, como Facebook”.

Esto, a fin de cuentas, supone otra vía de explotación del procomún. Tengamos en cuenta que el crowdsourcing tiene un valor estimado de dos dólares por hora trabajada, muy por debajo del salario mínimo de un empleo convencional. “La gente tiene plena libertad para contribuir”, dice Bauwens, “pero los medios de monetización no están democratizados”.

Deberíamos, pues, empezar a construir una alternativa caracterizada por “una economía cívica P2P en la que el valor retorna a los creadores del mismo”. Tenemos que desarrollar nuevos tipos de entidades éticas de mercado capaces de producir una “acumulación cooperativa” en lugar de una “acumulación de capital”.

Cuarta parte: Sistemas tecnológicos

Previsiblemente, las redes P2P seguirán expandiéndose en el futuro. Aun así, surgen dudas en torno a la cuestión de si podrán las redes del procomún disfrutar de los beneficios de su propio trabajo, debido a que el propio diseño de la tecnología puede afectar al beneficiario.


Bauwens expone un esquema con cuatro cuadrantes. El cuadrante del “capitalismo netárquico” muestra un control centralizado sobre la arquitectura del sistema y la privatización tanto de la información personal del usuario, como de todas las ganancias derivadas. “Este sistema de creación de valor está inscrito en el propio diseño de su tecnología”, apunta Bauwens.

Otro cuadrante describe “un diseño anarco-capitalista” –capitalista pero distribuido, no centralizado. Sin embargo, dado que aún existe una escasez artificial a la hora de acceder a los recursos (como sería el caso de Bitcoin) se siguen imponiendo límites artificiales sobre aquellos que pueden beneficiarse. Si no tienes dinero, no puedes participar ni obtener un beneficio.

“Local y distribuido” es otro de los sistemas tecnológicos, en cuyo caso los beneficios se comparten entre todos. Algunos ejemplos serían el compartir bicicletas, coches, y conocimiento de manera abierta. Este es el valor del sistema ejemplificado en los movimientos de resiliencia local y las comunidades en transición o Transition Towns. 

Este último sistema indudablemente supone una mejora sobre las modalidades cognitivas y netárquicas del capitalismo, pero se ve limitado por su carácter exclusivamente local. No conecta con la dimensión global.

Para Bauwens, el cuadrante que mejor describe un escenario futuro deseable es aquel que combina la producción local con un procomún global para el beneficio de todos. La idea consiste en que lo pesado (la producción física) debería ser local, mientras que lo ligero (el diseño, el conocimiento) debería ser global. FarmHack, Open Source Ecology y otros sistemas de diseño distribuido para maquinaria agrícola o “hardware abierto” son buenos ejemplos.

Las características intrínsecas a este sistema de creación de valor favorecerían redes distribuidas de micro fábricas, en las que se podrían descargar diseños y planos de productos para su fabricación por, aproximadamente, una octava parte del coste de los productos patentados convencionales. Esta infraestructura favorecería, por ejemplo, la producción local de productos tecnológicos adecuados a granjas familiares o indígenas. Evidentemente, se trata de un diseño de sistema tecnológico muy distinto al control centralizado y a la inversión en patentes que corporaciones como Monsanto y Del Monte pretenden imponer a comunidades en todo el mundo.

Conclusión

No cabe duda de que hacer de esta visión una realidad demandará un gran esfuerzo a la hora de elaborar estrategias realistas y establecer las estructuras políticas y sociales para llevarlas a cabo. Pero, al desarrollar una visión coherente y detallada que aglutina tendencias existentes con anhelos populares, FLOK Society realiza una contribución inestimable a la visión del procomún y la producción entre pares.


No hay comentarios: