lunes, 16 de mayo de 2016

INVITACIÓN AL ESTUDIO Y DEBATE DEL MANIFIESTO COMUNISTA


 
En el Aniversario  198° del nacimiento de  Carlos Marx

INVITACIÓN AL ESTUDIO Y DEBATE DEL MANIFIESTO COMUNISTA  
(15 de mayo de 2016)

Por Miguel Aragón

I.                   ¿Cuál  fue el método aplicado por Marx y Engels al escribir  el Manifiesto Comunista de 1848?

El método aplicado por Marx y Engels, al escribir el Manifiesto Comunista de 1848,  está expuesto al comenzar  el segundo capítulo de ese folleto:

“Las tesis teóricas de los comunistas no se basan en modo alguno en ideas y principios inventados o descubiertos por tal o cual reformador del mundo.

No son sino la expresión  de conjunto de las condiciones reales de una lucha de clases existente, de un movimiento histórico que se está desarrollando ante nuestros ojos. La abolición de las relaciones de propiedad antes existentes no es una característica propia del comunismo. 

Todas las relaciones de propiedad han sufrido constantes cambios históricos, continuas transformaciones históricas.

La revolución francesa, por ejemplo, abolió la propiedad feudal en provecho de la propiedad burguesa.

El rasgo distintivo del comunismo no es la abolición de la propiedad en general, sino la abolición de la propiedad burguesa” (Marx y Engels, Manifiesto Comunista, capítulo II).  

Esa es la característica principal del  Manifiesto Comunista y de todas las obras de los maestros del proletariado: “Las tesis teóricas de los comunistas (…)  no son sino la expresión  de conjunto de las condiciones reales de una lucha de clases existente, de un movimiento histórico que se está desarrollando ante nuestros ojos”

Todo el folleto está cruzado por la aplicación de ese método, cada idea se apoyó íntegramente en las condiciones reales de una lucha de clases existente, de un movimiento histórico que se estaba desarrollando ante sus ojos.

Esa es la primera enseñanza, que debemos de aprender de los maestros del proletariado: partir siempre de la realidad existente, y no de especulaciones imaginarias.

Mariátegui al estudiar las obras de los maestros del proletariado lo entendió así, y ese fue el método que aplicó al estudiar  la realidad peruana y la realidad mundial de su tiempo, por eso afirmó: “El marxismo, del cual todos hablan pero que muy pocos conocen y, sobre todo, comprenden, es un método fundamentalmente dialéctico. Esto es, un método que se apoya íntegramente en la realidad, en los hechos. No es, como algunos erróneamente suponen, un cuerpo de principios de consecuencias rígidas, iguales para todos los climas históricos y todas las latitudes sociales. Marx extrajo su método de la entraña misma de la historia. El marxismo, en cada país, en cada pueblo, opera y acciona sobre el ambiente, sobre el medio, sin descuidar ninguna de sus modalidades. Por eso, después de más de medio siglo de lucha, su fuerza se exhibe cada vez más acrecentada” (JCM, Mensaje al Congreso Obrero, enero de 1927)    
     
II. ¿Cuáles fueron  los objetivos y las partes fundamentales del Manifiesto Comunista de 1848? 

En el preámbulo del Manifiesto, Marx y Engels expusieron cuales fueron los objetivos buscados al escribir tan trascendental documento programático:    

“(…) ya es hora de que los comunistas expongan a la faz del mundo entero sus conceptos, sus  fines y sus  tendencias, que opongan a la leyenda del fantasma del comunismo un manifiesto del propio partido”. 

Y precisamente esos tres objetivos, forman las tres primeras partes del Manifiesto Comunista de 1848:

Al exponer “sus conceptos”, se referían a sus conceptos teóricos desarrollados en el capítulo I titulado “Burgueses y Proletarios”   

Al exponer “sus fines”, se referían a sus fines políticos, desarrollados en el capítulo II titulado “Proletarios  y  Comunistas”

Al exponer “sus tendencias”, se referían a    las diferentes tendencias que en esos años formaban parte del conjunto del movimiento comunista o socialista, lo cual fue desarrollado en el capítulo III titulado “Literatura socialista y comunista”. 

En ese tercer capítulo  ellos analizaron las siguientes tendencias:

1. El socialismo reaccionario
a. El socialismo feudal 
b. El socialismo pequeño burgués
c. El socialismo alemán o socialismo “verdadero”
2. El socialismo conservador o burgués
3. El socialismo y el comunismo crítico-utópicos

Esas tres partes del Manifiesto de 1848 son las que, posteriormente, con el aporte de otras generaciones,  se les ha denominado “construcción teórica, construcción política y construcción  orgánica”. 

En las obras de los maestros del proletariado, comenzando por el Manifiesto Comunista de 1848,  ellos nunca se plantearon la  absurda “construcción ideológica”, concepto idealista de reminiscencias feudales,  totalmente ajeno en  las obras de Marx y Engels. Concepto que al ser introducido en el movimiento socialista en décadas posteriores ha causado  y sigue causando un gran daño a la unidad de los socialistas en el mundo entero.   

Y aquí es necesario informar y aclarar, que por mucho tiempo la edición del Manifiesto Comunista que yo acostumbraba leer fue la edición publicada por Ediciones en Lenguas Extranjeras, editada en Beijing China en los convulsos años 60 del siglo pasado, en la cual  los objetivos planteados por Marx y Engels en el preámbulo aparecen mal traducidos, o tal vez  tergiversados. En esa edición,  en vez de leer “sus conceptos, sus fines y sus tendencias”, aparece escrito “sus conceptos, sus fines y sus aspiraciones”, con lo cual se nubló, o se intentó ocultar  la existencia de tendencias dentro del movimiento socialista. 
  
III. ¿Cuál fue la idea fundamental de que estaba penetrado todo el Manifiesto?

En el Prefacio a la edición alemana de 1883, Engels informó y explicó lo siguiente:

“La idea fundamental de que está penetrado todo el “Manifiesto” –a saber: que la producción económica y la estructura social que de ella se deriva necesariamente en cada época histórica constituyen la base sobre la cual descansa la historia políticas e intelectual de esa época; que, por tanto, toda la historia (desde la disolución del régimen primitivo de propiedad común de la tierra) ha sido una historia de lucha de clases, de lucha entre  clases explotadoras y explotadas, dominantes y dominadas, en las diferentes fases del desarrollo social, y que ahora esta lucha ha llegado a una fase en que la clase explotada  y oprimida (el proletariado) no puede ya emanciparse de la clase que lo explota y la oprime (la burguesía), sin emancipar, al mismo tiempo y para siempre, a la sociedad entera de la explotación, la opresión y las luchas de clases--, esta idea fundamental pertenece única y exclusivamente a Marx” (F. Engels, prefacio a la edición alemana de 1883 del Manifiesto Comunista, junio de 1883)     

IV. ¿En qué época histórica, y en qué momento  fue escrito el Manifiesto Comunista de 1848?

Comenzando el primer capítulo Marx y Engels explicaron:

“La moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido las contradicciones de clase. Únicamente ha sustituido las viejas clases, las viejas condiciones de opresión, las viejas formas de lucha por otras nuevas.

Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue, sin embargo por haber simplificado las contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases, que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado.” (CM y FE, Manifiesto Comunista, Cap. I)

            Marx y Engels definieron la “época histórica”, en primer lugar, por el modo de producción, tal como lo hizo Marx en el Prólogo de la Contribución a la Crítica de la Economía Política, al afirmar: “A grandes rasgos, podemos designar como otras tantas épocas de progreso, en la formación económica de la sociedad, el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués”; y en segundo lugar, también definieron la época “por la cuestión de que clase ocupa una posición central en esta o aquella época, determinando su contenido principal, la dirección principal de su desarrollo” (ver Lenin, Bajo una bandera ajena).

Planteado así, se entendía  que al modo capitalista de producción que alcanzó su máximo apogeo durante el siglo XIX, históricamente debería sucederle el modo socialista de producción; y a  “la época de la burguesía” necesariamente debería sucederle “la época del proletariado”. Acertada previsión científica que se cumplió a partir de 1917, con el inicio de la instauración del socialismo en  Rusia. 

Entre la época capitalista,  o época moderna como también se le conocía, y la época socialista,  o época contemporánea, no ha existido ni existe ninguna otra época histórica intermedia. La mal llamada “época del imperialismo” es un absurdo con el que se ha pretendido romper la continuidad del desarrollo de la humanidad. El llamado “imperialismo” (que para ser más precisos, debería denominarse  capitalismo monopolista), no es una época histórica diferente al capitalismo, sino simplemente  una fase dentro de la evolución de la época del capitalismo. La burguesía monopolista sigue siendo burguesía, y el modo de producción durante la fase del capitalismo monopolista sigue siendo el modo capitalista de producción.

Si en términos generales, esa era la época en que fue escrito el Manifiesto Comunista, para entender el objetivo principal del citado manifiesto, también debemos estudiar y entender cuál era el momento concreto en que fue redactado

En el capítulo IV, los autores escribieron “Los comunistas fijan su principal atención en Alemania , porque Alemania  se halla en vísperas de una revolución burguesa y porque llevará a cabo esta revolución bajo condiciones más progresivas de la civilización  europea en general, y con un proletariado mucho más desarrollado que el de Inglaterra en el siglo XVII y el de Francia en el siglo XVIII, y, por lo tanto, la revolución burguesa alemana no podrá ser sino el preludio inmediato de una revolución proletaria” (CM y FE, Capítulo IV)

Sin esas condiciones concretas, sin encontrarse en “las vísperas de la una revolución burguesa en Alemania”, posiblemente no  hubiera sido necesario constituir la Liga Comunista, ni tampoco se hubiera escrito el Manifiesto Comunista. Es conocido que la primera crisis económica capitalista estalló  en Inglaterra en 1825, primera crisis que solamente  tuvo  un alcance nacional. A esa primera crisis, en años posteriores  le siguieron otras crisis cíclicas, y en 1947 estalló la primera crisis que abarcó en forma conjunta a varios países europeos en los que  ya se habían iniciado el desarrollo capitalista. Impulsada por esa crisis económica mundial (en realidad europea), a partir de 1847 en varios países europeos se formó una situación revolucionaria, y sobre esa base de condiciones objetivas se  crearon las condiciones necesarias para el próximo estallido de una crisis revolucionaria, la cual estalló primero en Paris, en febrero de 1848, un mes después de publicado el Manifiesto Comunista. 

V. ¿Por qué revolución comunista?

En la parte final del Manifiesto de 1848,  Marx y Engels expresaron “Las clases dominantes pueden temblar ante una Revolución Comunista. Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar” (Manifiesto Comunista, capítulo IV)

Como he recordado más arriba, toda la teoría desarrollada por Marx y Engels se apoyaba íntegramente en el estudio de la realidad, en el desarrollo de la lucha de clases, tanto de la lucha de la burguesía contra la clase feudal, como en la lucha del proletariado contra la burguesía. Al escribirse el Manifiesto a comienzos del año 1848, todavía no se tenía ninguna  experiencia concreta de lucha del proletariado contra la burguesía por el poder. Esa situación recién ocurriría unos pocos meses después de su publicación. Al escribir el Manifiesto todavía no se tenía una idea precisa de cómo se desarrollaría la revolución del proletariado, y por eso ellos todavía suponían que se podía y se debía pasar directamente del capitalismo al comunismo, por eso plantearon como tarea la “revolución comunista”.     

El Manifiesto Comunista fue  escrito  en las vísperas de la revolución de febrero de 1848 que estalló en París,  y de las grandes luchas de masas desarrolladas en varios países europeos en el transcurso de los años 1848 y 1849. Tiempo después, Engels nos recordó que: “En junio de 1848 se libró en Paris, entre el proletariado y la burguesía, la primera gran batalla por el poder”. De esa gran lección práctica, Marx y Engels extrajeron grandes lecciones, y partiendo de esa gran experiencia llegaron a la conclusión de la necesidad de la dictadura del proletariado, de la necesidad de la revolución socialista como paso previo para la futura instauración del comunismo. Y este hecho no hace sino confirmar que “sin movimiento revolucionario no hay posibilidad de desarrollar la teoría revolucionaria”.  

VI. ¿Por qué se constituyó y porque se auto disolvió la Liga Comunista?  

Ya he dicho más arriba, en el punto IV, acerca de que en momento se escribió el Manifiesto, que la Liga Comunista se constituyó para afrontar la situación revolucionaria que ya se había formado  en 1847, y así aportar a la transformación de la situación revolucionaria en crisis revolucionaria. Esa fue la condición necesaria y determinante para la constitución de la Liga Comunista. El primer partido del proletariado no se constituyó porque “de un momento a otro se le ocurrió a Marx y Engels” como todavía suponen algunos  confusos y confundidos, sino que el partido se constituyó atendiendo  una necesidad del proletariado, para afrontar la situación revolucionaria en desarrollo. 

De igual manera, concluida la situación revolucionaria de esos años, la organización partidaria del proletariado ya no era necesaria, y por eso mismo Marx y Engels decidieron autodisolver la Liga Comunista. Ellos pensaron hacerlo en el transcurso del año 1852, pero para no interferir en la defensa de los acusados en el proceso de Colonia, postergaron la propuesta hasta la culminación del mencionado proceso. El día 12 de noviembre de 1852 Marx y Engels presentaron la propuesta de autodisolver la organización partidaria, y el acuerdo se asumió por mayoría dentro de la Liga Comunista el día 19 de noviembre de 1852. Desde entonces, Marx y Engels   nunca más volvieron a militar en un “partido comunista”, ni tampoco se plantearon la reconstitución del mismo. Ellos  nunca consideraron que el partido fuera una organización eterna, ni tampoco “rindieron culto al partido”. Marx y Engels  siempre entendieron  el socialismo como  un movimiento, como un movimiento social, político y cultural del proletariado, y a la organización partidaria la consideraban como un instrumento de necesidad temporal, que debía formarse en determinadas condiciones específicas, dentro del movimiento socialista.  

José Carlos Mariátegui, por sus propios medios, sin conocer todavía la experiencia y la teoría marxista, llegó a una  conclusión similar. En julio de 1918 escribió: “Los partidos no son eternos. Responden a una necesidad o una aspiración transitorias  como todas las necesidades y aspiraciones. Una vez que desaparece el motivo de su existencia desaparece su fuerza” (JCM, La reorganización de los grupos políticos, en Nuestra Época N°2)                
VII. ¿Base de Unidad Partidaria o Programa?

En las últimas décadas del desarrollo  del movimiento socialista peruano, prácticamente desde mediados del siglo pasado, se introdujo el concepto  de “Base de Unidad Partidaria” en oposición a la propuesta de “unidad programática”. El concepto de Base de Unidad Partidaria, así como el concepto de “construcción ideológica” o “unidad ideológica”,   son conceptos de procedencia idealista feudal, que por muchos años han causado, y siguen causando,  grandes daños al desarrollo de la unidad de los socialistas en el Perú.  

Marx y Engels, como firmes y consecuentes materialistas,  nunca propusieron semejantes despropósitos. Explicando el origen del Manifiesto, en el Prefacio de la edición alemana de 1872, ellos informaron que  “redactaron el  Manifiesto como un programa detallado del partido, a la vez teórico y práctico, destinado a la publicación”. En toda su experiencia revolucionaria, desde 1844 hasta sus respectivos fallecimientos, cada vez que se ponía en el orden del día la organización de los revolucionarios, ellos siempre plantearon la unidad programática, nunca plantearon una supuesta “base de unidad partidaria”, o algo por el estilo. El propio Manifiesto Comunista de 1848, así como las Glosas Marginales al Programa del Partido Obrero Alemán, de 1875 (más conocido como Crítica del Programa de Gotha”) destacan como dos de los mejores ejemplos, de los términos adecuados en que debe plantearse la unidad de la organización del proletariado.        

VIII. ¿Cuáles fueron las cuestiones tácticas propuestas en el Manifiesto Comunista? 

La cuestión de las propuestas  tácticas merece un tratamiento aparte, lo cual lo comentaré en una segunda entrega. 

*  *  *

Tenía pensado terminar de redactar y divulgar este comentario para el día 5 de mayo, en el Aniversario 198° del nacimiento de Carlos Marx, como parte de los preparativos para la Conmemoración  de los Bicentenarios de Marx y Engels. Pero la falta del tiempo y la calma necesarios, no me lo permitieron. Solamente espero, que estas apresuradas líneas sirvan  para contribuir al replanteamiento de la teoría y la práctica del movimiento socialista peruano, próximo ya a cumplir su primer centenario de existencia.


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