jueves, 15 de junio de 2017

LAS TESIS DE ABRIL DE LAS FARC Y LA SUPERACIÓN DEL CAPITALISMO




Martes, 13 Junio 2017.


Si existe acuerdo en el análisis que señala que la causa de la explotación y degradación de la mayoría de personas es el propio capitalismo y su sistema de mercado, se coincidiría con la tesis 48 de las FARC en la necesidad de superar el orden social capitalista. Si no es el socialismo, ¿cuál es el tipo de sociedad que debería promoverse?



Alberto Maldonado


En reciente artículo publicado en la Revista Sur analiza Ricardo García las tesis de abril de las FARC1, critica la estrategia por dogmática pero destaca la táctica por realista. El planteamiento central sobre la postura dogmática que critica García se encuentra en la Tesis No 48, llamada “un partido para la superación del orden social capitalista y la construcción de una nueva sociedad”, donde se afirma: “en su condición de partido de la clase trabajadora, el partido tendrá como finalidad estratégica, ética y política, la superación del orden social capitalista y construcción de una nueva sociedad, el socialismo/comunismo”. A continuación, afirman que esta finalidad surge de la comprobación de los límites del capitalismo, de su demostrada incapacidad para resolver los problemas fundamentales del ser humano, tales como el hambre, la pobreza y la desigualdad y la destrucción de la naturaleza.

Señala García que las tesis de abril de las FARC tienen en común con las tesis de abril de Lenin, de hace 100 años, la doctrina ideológica y el modelo de sociedad pretendido, algo que ahora las FARC llaman socialismo-comunismo. Sin embargo, se diferencian en que en Rusia apenas se iba a “estrenar” el socialismo, mientras que hoy ya se conoce la experiencia, lo que se resume de la siguiente forma: “…sus alcances ominosos, sus contornos de ‘utopía catastrófica’; su rápida derivación en totalitarismo de izquierda…”. En otras palabras, “ya hoy son conocidos de sobra los límites de la sociedad de carácter comunista”. García, sin embargo, reconoce que el capitalismo sigue siendo un mecanismo de explotación, de exclusión y de alienación contra los individuos, una estructura que produce acumulación al tiempo que crea desigualdad y reconoce que hacen bien las FARC en no renunciar a una crítica del capitalismo y de sus modalidades neoliberales.

Con base en lo anterior concluyo que García está de acuerdo con las FARC en la crítica del capitalismo, pero no está de acuerdo con su propuesta de promover el paso a una sociedad socialista y luego comunista. Por mi parte, considero muy positivo que las FARC sean coherentes en sus planteamientos políticos y decidan dejar la lucha armada para promover su propuesta socialista por la vía de las instituciones políticas de la sociedad capitalista colombiana. Abandonan un método, pero no un objetivo, a diferencia de algunos antiguos revolucionarios que actualmente defienden a capa y espada el sistema capitalista, se vinculan a partidos de extrema derecha o adoptan una posición reformista.
León Valencia, por ejemplo, en artículo en la Revista Semana de 28 de mayo2 afirma lo siguiente refiriéndose a las FARC: “Si insisten en darle un carácter marxista-leninista a su movimiento -tal como lo afirman en las tesis que pusieron a circular en el mes de abril- están fritos. Esos grupos han sido completamente marginales en Colombia”. Aunque no lo dice en su artículo, ¿se podría concluir entonces que para ser “exitosos” en política deberían abandonar sus posiciones políticas y su interpretación de la realidad colombiana? ¿Deberían adoptar los objetivos políticos y los métodos electorales del uribismo y del santismo? ¿Acompañar el reformismo utópico de quienes sostienen que hay que promover más mercado y más Estado capitalista? Me parece que es más honesto mantenerse en sus tesis e intentar superar la marginalidad, con todas sus dificultades.

La tesis de García sobre el inevitable fracaso del socialismo 

La tesis central de García parece también un dogma como el que critica a las FARC. En primer lugar, realmente resulta poco creíble señalar que ya son conocidos los límites de una sociedad comunista, sociedad que realmente no ha existido hasta el momento; incluso, podría discutirse si ha existido un verdadero socialismo. Los límites y características conocidos son las experiencias socialistas que se han producido realmente hasta el momento, límites que incluso llevaron a la desaparición de la Unión Soviética. Es absolutamente comprensible el temor y la desconfianza que pueda generar en muchas personas la propuesta de una sociedad socialista con dichas características, pero no constituye ningún argumento suficiente para criticar la posibilidad de proponer nuevas formas de socialismo por el hecho de que hayan fracasado algunas experiencias.

Si existe acuerdo en el análisis que señala que la causa de la explotación y degradación de las mayoría de personas es el propio capitalismo y su sistema de mercado, se coincidiría con la tesis 48 de las FARC en la necesidad de superar el orden social capitalista. Si no es el socialismo, ¿cuál es el tipo de sociedad que debería promoverse? No encuentro elementos en el artículo de García para saber si la crítica del capitalismo que comparte con las FARC debe orientarse hacia la propuesta de una superación del capitalismo por una diferente organización social, ni tampoco cuál debería ser ese tipo de sociedad; o si su propuesta es buscar el mejoramiento dentro del capitalismo a partir de una perspectiva de social democracia y Estado de Bienestar.

Las condiciones para la superación del capitalismo 

El problema es, como lo plantea García, si existen condiciones sociales que sustenten un potencial tránsito a una sociedad socialista en Colombia. Todas las circunstancias actuales indican que no hay circunstancias económicas y sociales que sustenten partidos y movimientos políticos que tengan fuerza para consolidar estos planteamientos; el dominio del capitalismo es enorme, tanto económica y políticamente, como ideológicamente: no existe una perspectiva seria de una sociedad nueva y la mayoría de partidos se mueven dentro del espectro de la reforma. La gran mayoría de las masas, incluyendo los 10 millones de trabajadores proletarios en Colombia, no sienten la necesidad de superar el capitalismo y no realizan actividad política alguna. De acuerdo con la última encuesta de cultura política del DANE3, la participación en partidos y sindicatos de la población urbana no supera el 5% y en las elecciones las masas votan mayoritariamente por candidatos que representan a los capitalistas en diferentes versiones, y muy poco por partidos o movimientos de izquierda.

Frente a esta situación, las FARC en sus tesis son conscientes de la necesidad de fortalecer y ampliar los frentes de masas, de llegar a “sectores de la población a los que hasta el momento no hemos podido acceder”, y de realizar esfuerzos “que posibiliten ganar el corazón de los humildes, los expropiados y desposeídos”.

Es precisamente en este contexto donde es tan valioso que otro partido (además del partido comunista) diga abierta y francamente que considera debe superarse, no retocarse el capitalismo, que proponga una critica radical y que defienda una visión alternativa. En medio de la aceptación casi completa al capitalismo es conveniente que haya voces que: a) insistan en que la causa de los problemas es el sistema capitalista colombiano; b) que muestran la manera en la cual dicho sistema explota a la mayoría de la población y los condena a la pobreza y la miseria; c) que muestren como las “instituciones democráticas” son una dictadura disfrazada del capitalismo con ligeros espacios para la acción política; d) que señalen cómo el dominio no es solo material sino también ideológico. En esta perspectiva, la teoría marxista sigue siendo especialmente útil para comprender el capitalismo colombiano actual, una herramienta que permite no solamente describir los fenómenos sino principalmente explicar sus causas.

¿Táctica realista y razonable? 

La parte de las tesis de abril que destaca García por su realismo, curiosamente, es bastante ilusa. Plantean las FARC que la implementación de los acuerdos tienen un potencial transformador que puede conducir a un conjunto de reformas y a la conformación de un gobierno verdaderamente democrático, contexto a partir del cual se generarían condiciones para avanzar en la línea estratégica hacia la construcción de una sociedad socialista. En su libro Los retos del Posconflicto, León Valencia, emocionado con el Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las FARC, destaca las perspectivas de una real apertura democrática: “En el acuerdo están enunciados los temas principales de la apertura democrática y no es demasiado optimista decir que si estas ideas se llevan de verdad a la práctica podremos hacer una democracia competitiva, una democracia pluralista, en la que ninguna fuerza política tenga que recurrir a las armas para disputar el poder.” (p. 174, 2016). Sin embargo, el autor tiene sentimientos encontrados y pasa muy rápidamente de la alegría a la tristeza: “es una alegría leer estas cosas. Pero es muy triste, es muy doloroso, recordar que hace exactamente treinta años, en el acuerdo de tregua y paz que se firmó entre el gobierno de Belisario Betancur y las FARC, se decían cosas parecidas”. Luego de la apertura democrática de Betancur se produjo el genocidio de la Unión Patriótica, recuerda Valencia, y después de la Constitución de 1991, que generó tantas expectativas de consolidación democrática, aumentó la violencia y se produjo el desplazamiento de millones de personas.

¿Será diferente la situación ahora?


1https://ricardogarciaduarte.wordpress.com/2017/05/17/las-tesis-de-abril-entre-lenin-y-timochenko/
2http://www.semana.com/opinion/articulo/leon-valencia-opinion-sobre-las-encuestas-de-las-elecciones-presidenciales-2018/526654
3https://www.dane.gov.co/index.php/comunicados-y-boletines/estadisticas-sociales/cultura-politica


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